Noruega.- Anders Behring Breivik, militante de ultraderecha que asesinó a 77 personas en Noruega en 2011, arribó al tribunal que juzga su demanda contra el estado por violación a sus derechos humanos.

El prisionero también realizó el saludo nazi y se presentó con el cráneo rapado, ataviado con un traje oscuro al gimnasio de la cárcel de Skien que se transformó en una sala de audiencia.

En 2012, el noruego fue condenado a 21 años de cárcel, aunque su sentencia podría prolongarse si la justicia considera que sigue siendo un hombre peligroso.

De momento, la justicia deberá pronunciarse sobre la demanda por la violación de dos disposiciones de la Convención Europea de Derechos Humanos que prohíben el tratamiento inhumano o degradante, así como la garantía al "derecho al respeto de la vida privada" y a "la correspondencia".

En varias ocasiones durante el juicio que se prolongará por cuatro días, Breivik calificó su régimen carcelario de "tortura" y afirma que padece secuelas por el aislamiento al que es sujeto.

De hecho, Breivik dispone de tres celdas, una donde vive, otra para estudiar y una tercera para realizar ejercicios físicos, con un televisor, un ordenador que carece internet y una consola de videojuegos.

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Su correspondencia es controlada por las autoridades debido a que consideran que el preso podría alentar una "red extremista".

Con información de AFP