Un funcionario dijo el viernes que la magnitud de la operación no tenía precedentes.
El Costa Concordia, que transportaba unas 4.200 personas, chocó contra un arrecife irregular la noche del 13 de enero, cuando se acercó demasiado a la costa de la pequeña isla de Giglio. Con un corte, el barco comenzó a escorarse y al final terminó totalmente inclinado de costado sobre el rocoso lecho marino cerca de la costa toscana. El accidente mató a 32 personas.
Titan Salvage, una empresa con sede en Pompano Beach, Florida, ganó la licitación para eliminar los restos del Concordia, que ahora se encuentran en esas prístinas aguas.
El capitán Richard Habib, director general de Titan Salvage, dijo que la meta es la de "utilizar la inteligencia, (y) no tanto la fuerza física" para sacar al Concordia sin tener que arrastrarlo a aguas mucho más profundas. Dijo que el reto más grande en la operación es "rodar el buque en posición vertical sobre una plataforma y que flote con seguridad" para llevarlo a algún puerto que las autoridades italianas aún no han escogido.
"La magnitud de la tarea ... es algo sin precedentes", dijo Habib a periodistas en una conferencia de prensa.
Funcionarios de Costa Crociere, la compañía italiana que operaba el crucero, Titan Salvage y el contratista marino italiano Micoperi, que se especializa en la construcción e ingeniería bajo el agua, describieron el viernes la estrategia para sacar al Concordia durante la conferencia de prensa.
El plan implica construir una plataforma submarina y sujetar cisternas vacías en el lado de la embarcación que está por fuera del agua. Después llenarán las cisternas con agua, y utilizarán dos grúas unidas a la plataforma para jalar el barco hasta la posición vertical. Una vez en posición vertical, sujetarán cisternas al otro lado del buque. Entonces vaciarán el agua de todas los cisternas para llenarlas con aire y así ayudar a elevar a la nave y liberarla del fondo marino. Una vez que esté adecuadamente a flote, podrá ser remolcado hasta el puerto marítimo para demolerlo.