Luego de la ola de incendios que han azotado a Australia -trayendo consigo cientos de desgracias como la pérdida de sus ecosistemas al quemarse más de 1.2 millones de hectáreas y la muerte de especies endémicas como los koalas-, este 17 de diciembre fue el día con más calor en toda la historia del país.

De acuerdo a la Agencia Meteorológica Australiana, la temperatura máxima que se registró este 17 de diciembre por la tarde fue de 40.9 grados centígrados, dejando atrás la máxima registrada en 2013 de 40.3 grados y batiendo récords en 2019.

Aunque la agencia advierte que es probable que los días subsecuentes de la semana superen este hecho registrado, uniéndose a la sequía que abate a Australia así como la baja en la humedad y los vientos que han propiciado a los incendios en todo el estado de Nueva Gales del Sur. Se estima que en este estado aún existen alrededor de 100 incendios en estado activo y, de los cuales más de la mitad aún no logran controlarse

Las posibles consecuencias de la ola de calor no se limitan a los incendios

Sin embargo, la cifra de 40.9 grados que se registró este 17 de diciembre fue solamente el promedio que la Agencia Meteorológica Australiana dio a conocer porque, en algunos estados y ciudades del sur. como la Ceduna alcanzó los 45.5 grados centígrados y, en la ciudad de Peth estuvo tres días récord con 40 grados.

La ola de calor que se prevé para los próximos días se estaría extendiendo por los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur por lo que las autoridades recomiendan a los habitantes permanecer dentro de sus casas y reducir las actividades al aire libre, aunque si es posible hay que evitarlas.

Las consecuencias del calor abrasador pueden ser debastadoras pues no solamente existe el riesgo de que se provoquen más siniestros sino que también se acabe el agua y las represas se sequen antes del 2022 en la ciudad de Sydney, en donde habitan más de cinco millones de personas.

Esto a pesar de que en dicha ciudad ya existen medidas para evitar la escasez de agua desde la sequía que comenzó en 2003 hasta el 2009 con medidas como la limitación del agua potable al aire libre.