El mercado de los DLC es un poco complicado, hay veces en que el gasto extra está justificado, pues las compañías nos entregan verdaderas expansiones de un juego; claro que, muchas otras veces, los agregados son meramente superfluos sin ofrecer nada que no se pudiera experimentar en la campaña predeterminada. De hecho, da la impresión de que pudo estar de facto en el título.
Esto último es lo que sentirás con el más reciente DLC de Far Cry 4, The Blood Ruby; al tratarse de una misión que bien pudo estar inserta en el modo principal, no como parte de la historia, sino como una opción secundaria.
La historia es muy simple: el Blood Ruby es una joya venerada por la gente de Kyrat, la cual ha caído en manos del ejército de Pagan Min, los pobladores te pedirán que la recuperes; así que deberás infiltrarte en una fortaleza en medio de los Himalaya.
Como podrás imaginar, si has estado jugando Far Cry 4 desde su lanzamiento en diciembre de 2014; este contenido se reduce a la liberación de una base, como las que encuentras en todo el territorio de Kyrat, con el agregado de que deberás de recoger la piedra preciosa.
Así, tú decidirás si haces uso de tus habilidades de sigilo e infiltración (lo más recomendado) o entras disparando metralla a todo lo que se mueva (no tan recomendable, pero muy divertido). Sea cual sea tu decisión, y dependiendo de tu habilidad, el contenido no durará más allá de una hora.
Tal vez la razón por la que Blood Ruby se sienta como una adición sin sustancia, se deba a que originalmente fue un regalo para aquellas personas que compraron el juego en una de las muchas promociones que hubo a su alrededor.
Si fuera parte del juego desde un inicio, Blood Ruby no tendría ningún problema, es sólo una misión paralela muy divertida; pero al ser puesta por separado, podemos decir que no justifica el gasto anexo, pues es no es nada que no puedas experimentar en las varias horas que puedes pasar vagando por los terrenos de Kyrat.