El día ha llegado, la profecía se ha cumplido. Este jueves 17 de diciembre de 2015 se ha estrenado Star Wars: The Force Awakens, el séptimo episodio de una de las sagas legendarias del entretenimiento global. Miles de fans se dieron cita a las 12 de la noche para ser de los primeros en poder ver este nuevo capítulo de la historia; si no eres de ese grupo y te estás preguntando qué tal está la cinta, aquí te tenemos la reseña 100% libre de spoilers.
Lo primero que podemos decir es que J .J. Abrams apostó por el equilibrio en todo el sentido de la palabra; desde la historia, los personajes y su desarrollo, hasta la misma manufactura de la película. Algo que agradecerá todo el público, pues tiene los elementos necesarios para agradar a los fans, además de lograr una obra lo suficientemente sólida para que un no iniciado se entretenga.
La historia nos muestra un escenario 30 años después de la Batalla de Endor; el conflicto entre el Imperio (ahora la Nueva Orden) y los Rebeldes (ahora la Resistencia) continúa con nuevos rostros en el centro de mando de cada facción. Siendo Kylo Ren el principal protagonista del movimiento que quiere regresar al “esplendor” del mandato de Darth Sidious y Vader; aunque como todo en Star Wars, hay mucho más de lo que aparenta. Mientras que Poe Dameron se erige como el representante del movimiento libertario.
Aquí podemos decir algo, cada uno de los protagonistas está bien integrado en su rol, es cierto, Kylo Ren jamás será Vader; pero se le acerca mucho y un evento hará que se gane el odio y respeto por igual del público; del otro lado, Poe resulta ser más que un simple piloto heroico, apostando por un personaje complejo y que le da una nueva temática al legendario Rogue Squadron. Por su parte, Finn y Rey manejan a la perfección la forma monomítica que permeó la primer cinta de la saga: un par de seres comunes que se ven arrojados a un mundo extraordinario, donde deberán de superar sus limitaciones históricas y personales; esto como compañeros, contrario al solitario Luke. ¿Y BB-8? Bueno, el “Bebocho” logra llenar los grandes transistores y ruedas de R2-D2, es igual de útil y gracioso que el viejo droide. Tal vez, quien queda un poco a deber es la Capitana Phasma, por el momento su relevancia es casi nula.
Los héroes clásicos funcionan como punto de apoyo de los demás; tiene el protagonismo suficiente, pero nunca sobrepasan a las nuevas figuras. Han sigue siendo el desenfadado cowboy espacial, Chewie su fiel escudero, Leia la arrojada y valiente princesa (ahora comandante), C3-PO el droide paranoico y un tanto cobarde; y Luke, bueno, si les decimos arruinaría la sorpresa, pero cuando lo vean sabrán porqué no aparece en los trailers.
Ahora bien, algo que odiaron muchos de la trilogía pasada fue el exceso de CGI; Abrams lo sabe u decidió hacer una combinación ganadora. Sí, The Force Awakens tiene efectos por computadora, pero estos se insertan dentro de ambientes reales, lo cual le da más poder a las escenas; no se siente falso como los pasados tres episodios, todo resulta verosímil y la batallas en naves jamás se habían visto tan bien.
¿Los conceptos? Todos están ahí, la Fuerza, el Lado Obscuro, el Lado Luminoso, la relación filial y conflictiva entre los protagonistas, el villano supremo que maneja todo desde las sombras, el maestro legendario, sables de luz, Stormtroopers (que ya dan más batalla). Por in momento parecerá que estás viendo un reboot de A New Hope, pero en un giro, The Force Awakens nos arroja a la época actual, a una nueva generación que hermana a viejos y nuevos fans.
Disney lo logró, todos los temores eran infundados; de la mano de Abrams y un gran staff, que incluye reparto y personal técnico; entregan la cinta de Star Wars más equilibrada en mucho tiempo, nada sobra y nada falta (a menos que seas muy, pero muy quisquilloso), siendo un cimiento fuerte para las próximas películas de la franquicia.