El Vaticano.- Hace 500 años Miguel Ángel realizo los frescos de la Capilla Sixtina, en el conjunto arquitectónico de la Basílica de San Pedro.

Miguel Ángel, que en ese entonces tenia 33 años de edad, pintó acostado sobre un andamio a mas de 20 metros de altura, por encargo del Papa Julio II de la Rovere. Su labor duro cuatro años de 1508 a 1512, cuando fueron terminados los frescos incluían temas como: La historia de la Creación, Los Antepasados de Cristo, Los Profetas y otros personajes bíblicos, posteriormente fue agregado en una pared, El Juicio Universal, 30 años después de que Miguel Ángel terminara su intervención.

Desde 1494 los frescos de la Capilla Sixtina han sido testigos de la elección de los Papas, exceptuando las veces que fueron necesarias cedes alternas, 16 veces en Roma y siete en Francia, cuando el papado se trasladó a Avignon.

Hoy a medio milenio de distancia, se alerta sobre el estado de conservación de los frescos, que son Patrimonio de la Humanidad.

“Hasta veinte mil personas por día, cinco millones al año, que respiran, llevan polvo, transpiran, dejan anhídrido carbono y humedad, alzan la temperatura”, declaró Antonio Paolucci, director de los museos Vaticanos.

Sin embargo Paolucci, también anunció que están próximas obras para quitar los contaminantes y nuevos sistemas de aire e iluminación, pero dijo que de ninguna manera se puede prohibir el acceso a los turistas y fieles, pues menciono que además de ser una obra de arte, los frescos son también “una obra de fe”.

Fue el 31 de octubre de 1512, cuando Julio II dio un gran banquete en homenaje al embajador de Parma y después se trasladó con 17 cardenales hasta la Capilla Sixtina, la más importante de las tres capillas pontificias en el Vaticano. Estaba todo preparado y los visitantes se asombraron cuando se descubrió la bóveda y quedaron a la vista los frescos.

Con Información de Clarín