El templo de Gotokuji, en Tokio, atrae cada año a miles de personas que lo visitan en busca de la espiritualidad que brinda el entorno formado por casi 10 mil 'gatos de la suerte''.
Recientemente el público que acude a ver las populares y tradicionales esculturas japonesas son sobre todo instagramers que llegan de todo el mundo con la intención de tomar una foto que aumente su popularidad en redes sociales.
El templo está lleno de estos gatos blancos, llamados 'maneki-neko', que seguramente conoces bien; son esas figuras en las que el animal está sentado y tiene levantada una pata que parece estar saludando, y siempre están en la entrada de restaurantes y tiendas asiáticas.
"Hice una búsqueda en Google de los lugares 'instagrameables' en Tokio", cuenta Emily Lin, una turista de 25 años que visita el lugar desde Hong Kong.
"Y este lugar era uno de los más recomendados", dice la joven, emocionada mientras busca el mejor ángulo para fotografiar a las estrellas del templo.
Ying-Chi Hsueh, un estudiante de fotografía taiwanés, de 31 años, visita el templo por la misma razón. "Ví una foto en Instagram y llegué aquí usando Google Maps", explica.
La leyenda de estas misteriosas figuras cuenta que en el siglo XV, un sacerdote adoptó un gato al que llamó Tama. Un día, mientras el gato paseaba por el templo, vio llegar a un samurái y levantó la pata derecha para invitarlo a entrar, juntos unos minutos antes de que estallara una gran tormenta.
Para agradecerle al gato haberle evitado la lluvia, el guerrero decidió convertirse en uno de los benefactores del templo y Tama fue inmortalizado en forma de estatuilla, que desde entonces simboliza la buena fortuna en Japón y toda Asia.
"Los 'maneki-neko' no tienen que darte suerte, corresponde a cada uno ir a buscarla, es el resultado de tus esfuerzos lo que permite tenerla. El gato está ahí para dar la oportunidad" de encontrar la buena fortuna, explica Tessai Kasukawa, un monje budista.
Pero todo indica que estos gatitos blancos, bajitos y robustos, han cumplido su función de talismán en el templo de Gotokuji, que cada vez recibe más visitantes.



"Con la preparación de los Juegos Olímpicos de 2020 recibimos cada vez más turistas internacionales y gracias al boca boca este lugar se ha hecho mundialmente famoso", dice Kasukawa.
Con información de AFP