Aunque la lógica sugiere que es mejor tomar decisiones con el estómago lleno y  sin tener la distracción de los dolores que el hambre provoca, los investigadores de la  Universidad de Utrecht en Holanda han descubierto que la ansiedad provocada por un estómago vacío mejora la capacidad de tomar decisiones a largo plazo.

El hecho de sentir hambre induce un comportamiento imprudente y aumenta la impulsividad; sin embargo, la nueva evidencia sugiere que esta sensación no pone en peligro la toma de decisiones, sobre todo cuando se trata de algo complicado o de resultados a largo plazo.

Para llegar a esta conclusión se realizaron tres experimentos separados en un grupo de estudiantes para probar si el hambre los llevó a tomar decisiones estratégicas. En todos los experimentos, los estudiantes se dividieron en dos grupos - el ayuno y no ayuno - los participantes en ayuno no comieron nada durante 10 horas, mientras que el grupo de no-ayuno se entregó a un gran desayuno y eran libres de comer y beber todo lo que quisieran.

En los dos primeros experimentos, los estudiantes jugaron cartas, algo que implica numerosos riesgos y recompensas. Sorprendentemente, el grupo de ayuno obtuvo mejores resultados que el grupo de no-ayuno, agarrando el patrón de recompensas a largo plazo sobre las ganancias a corto plazo mejor que sus pares bien alimentados.  Estos resultados muestran que las personas que tenían hambre tuvieron mejor desempeño para elegir, según dijo el equipo en la revista PLoS One.

En el tercer experimento se realizaron un conjunto de preguntas que hacían referencias económicas a una cantidad en ese momento o una mayor en el futuro, los participantes en ayunas optaron por la mayor cantidad de dinero en el futuro, mientras que los participantes no ayuno eran más propensos a elegir la primera opción.

El equipo señaló que se necesita más investigación antes de sacar a conclusiones concretas sobre el impacto de las emociones tienen en el proceso de toma de decisiones.

"El hambre y el apetito no necesariamente hacen que la gente más impulsiva, sino más bien hacen que se basen más en la sensación del intestino, lo que beneficia a las decisiones complejas con resultados inciertos", concluyeron los autores.

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Con información de The Times.