Tener un cabello bonito, con brillo y movimiento depende de tres cosas: hábitos alimenticios, tener ciertos cuidados diarios con él y usar productos adicionales al shampoo, como lo son tratamientos con colágeno o queratina, suplementos nutricionales, mascarillas y sueros reparadores.

En esta ocasión te daremos consejos para dos de ellas. No olvides ponerlos en práctica e incluirlos en tu rutina siempre que te sea posible. Estos sencillos consejos van desde cepillar el cabello cada noche hasta evitar frotarlo cuando lo laves.

El buen amigo cepillo

Desaprende a cepillar tu cabello porque probablemente lo haces mal. Lo primero que debes hacer es seccionar el cabello en tres partes y comenzar a cepillar por las puntas. Luego sigue con medios a puntas y finalmente de raíz a punta. Evitarás hacerte nudos y trozarlo.

Ante de dormir cepilla tu cabello de 10 a 20 veces pues hacerlo exfoliará el cuero cabelludo, eliminará restos de productos, estimulará la circulación sanguínea, favorecerá su crecimiento y potenciará su brillo. El cepillado también depurará aquellos cabellos que están por caerse y dará paso a los que están por nacer.

La importancia del lavado

Desde la aplicación del shampoo es importante considerar la temperatura del agua pues obtendrás mejores resultados si está es tibia. Si crees que tienes el cabello muy grasoso y eres de las personas que cree que el agua ardiendo lo resolverá, debemos decirte que estás en un error: solo dañarás más tu cabello.

Procura enjuagar tu cabello con agua fría pues te ayudará a estimular la circulación sanguínea; al hacerlo también cerrarás la cutícula lo que se traducirá en un cabello más brillante.

Cambiar el shampoo para que “el cabello no se acostumbre” es una falacia por la sencilla razón de que el cabello no tiene vida. Si tu shampoo te funciona continua usándolo o cámbialo cuando desees probar un producto nuevo, hay muchas variedades en tiendas comerciales que huelen rico y el aroma te acompañará el resto del día.

Hidratación más allá de la ducha

Usar acondicionador es básico para mantener la humedad del cabello, este producto es para tu cabello lo que tu crema humectante es para tu piel, por ello es necesario completar una rutina de cuidado adecuada con mascarillas y tratamientos.

Las mascarillas pueden aplicarse dentro o fuera de la ducha pero es importante que les des tiempo de actuar y como sabemos que el día a día es difícil te recomendamos las uses de dos a tres veces a la semana, sobre todo en temporadas de calar cuando el cabello tienen a ser la primera víctima de la resequedad.

Si empleas la secadora o las planchas de alaciado de manera cotidiana te recomendamos tratamientos en aceite que deberás aplicar en las puntas, la zona a la que regularmente no llegan los aceites naturales que produce tu cuero cabelludo por la longitud o el lavado diario.

¿Cómo elegir el mejor producto?

Para poder elegir correctamente el shampoo, el acondicionador y los tratamientos complementarios, asómate a tu cuero cabelludo.

Abre una raya en tu cuero cabelludo y observa su color. Si es rosado, está sano y puedes elegir un shampoo normal en función del resultado deseado: volumen, liso, longitud, etcétera.

Si el cuero cabelludo tiene un color opaco o grisaceo, probablemente tu cabello esté seco. En cambio, si tiene tendencia al amarillo hay fuertes indicios de tendencia a graso.

La salud de tu cabello depende mucho del cuidado diario. Si practicas natación, cúbrelo con una gorra; si lo expones al sol, aplica una capa de protector de calor.

Con información de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos