El 2020 es un año atípico en el calendario ya que este cuenta con 366 días en lugar de 365 como se conoce comúnmente. Esto se debe a que es bisiesto; algo que sucede cada cuatro años por un desfase en el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol.

Esta peculiar modificación se remonta a la antigua Roma en el 45 a.C., cuando el emperador Julio César ordenó al astrónomo Sosígenes, crear un calendario similar al de los griegos. Así se creó que llamado calendario Juliano, el cual tenía un día más cada cuatro años en el mes de febrero.

El nombre de año bisiesto proviene del latín “Ante diem bis sextum Kalendas Martias” (sexto día antes de las calendas de marzo). Esto indica que el día adicional era el 24 de febrero, pero tras unas modificaciones pasó al 29 de ese mes cada cuatro años.

El calendario que rige el mundo en la actualidad reemplazó al Juliano en 1582 por una idea del papa Gregorio XIII, quien ordenó perfeccionar la distribución de los días. De esta manera, se estableció que cada cuatro años habría un año bisiesto por el desfase de 5 horas y 48 minutos.

La fórmula matemática indica que cada año “normal” tiene 365.25 días, por ello se agrega un día más cada cierto periodo. Cada año que se puede dividir en cuatro es un año bisiesto; excepto lo que terminan con múltiplos de 100, por esta razón el 2100 y 2200 no serán bisiestos.