Recientemente se ha sabido de casos en los que el arte contemporáneo o el arte urbano sufren la pérdida de una obra debido al desconocimiento o a la falta de atención de las personas. Estamos hablando situaciones como el sonado caso en que el personal de limpieza del museo Bolzano en Italia barrió una pieza creyendo que se trataba de un montón de basura. 

En realidad no es muy común que estas cosas pasen en los museos pues las piezas siempre están perfectamente señalizadas, pero el arte callejero no tiene la misma suerte pues está expuesto tanto a las inclemencias del clima como a los millones de cambios que pueden ocurrir repentinamente en una ciudad e incluso, a la mano de otros artistas urbanos. 

En este sentido, la desgracia más reciente de la que hemos sabido es sobre la destrucción de uno de los primeros murales atribuidos al enigmático Banksy. 

Se trata de un grafitti que fue pintado en la década de los noventa sobre la cortina de un local en el Park Row en Bistrol, Inglaterra.  

Al lugar que antiguamente era una tienda de skate, llegaron Jo Xie y Tommy Yue, los nuevos inquilinos que planeaban abrir una tienda de té por lo tanto, la antigua imagen no les iba muy bien.  

Sin saber lo que tenían enfrente pidieron que se pintara la estructura metálica de negro. La tarea comenzó a ejecutarse, pero justo cuando estaba a la mitad, un seguidor de Banksy llegó sumamente alterado al lugar e informó lo que estaba sucediendo. 

La cortina ahora es mitad negra y mitad obra de arte. La tragedia seguramente se habría podido evitar si a un lado del local alguien hubiera colocado una pequeña ficha, igual que en los museos. Desafortunadamente no fue así. 

Con información de Mirror e Independent