No nos cansaremos de decirlo, Star+ es el lugar de las joyas secretas del streaming; esta plataforma nos ha dado obras de calidad desde su lanzamiento y Nadie Podrá Salvarte es una de ellas.

Nadie Podrá Salvarte es una curiosa combinación entre drama personal, película de ciencia ficción y survival horror, que parece algo extraño de conciliar; pero que al final funciona muy bien.

Todo gracias a la maestría narrativa de Brian Duffield y la gran actuación de Kaitlyn Dever, quienes hacen que todo esta locura funcione de manera adecuada.

Dándonos una de las primeras obras dignas de la no tan lejano Halloween 2023.

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¿De qué trata Nadie Podrá Salvarte?

Nadie Podrá Salvarte nos muestra la vida de Brynn, una mujer de mediana edad que vive lejos del ajetreo de los pueblos y ciudades, en una casa en el campo.

Ella disfruta su vida sin preocupaciones desarrollando todo tipo de pasatiempos, además de interactuar de vez en cuando y bajo sus condiciones con otras personas.

Lamentablemente esta calma se ve rota una noche en la que despierta abrúptamente, sólo para darse cuenta que su casa ha sido invadida por extraterrestres.

Ahora ella deberá de defenderse sola ante esta inesperada amenaza a su tranquilidad y estilo de vida.

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Nadie Podrá Salvarte en apariencia tiene una premisa simple y digna de una película de Serie B; pero la realidad es que oculta mucho más.

Bajo la excusa del ataque extraterrestre, Nadie Podrá Salvarte nos devela la verdadera personalidad de Brynn, su pasado y el por qué vive alejada de la gente.

Siendo algo más doloroso que el simple hecho de “querer una vida más relajada”, donde los pasatiempos son meras excusas para no afrontar la realidad.

Nadie Podrá Salvarte es una especie de intervención para nuestra protagonista, con los aliens siendo los miedos de esta misma, además de ser una metáfora de la vulnerabilidad que sentimos en la invasión de nuestro espacio personal.

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Lo cual hace que la hora y media que dura esta obra, fluya de manera adecuada, mantiendo siempre el suspenso sin caer en escenas forzadas o de shock sólo para alargar el tiempo del corte.

Algo que últimamente ya no se ve, ya no digamos en el cine de terror, sino en el cine en general.

Kaitlyn Dever sostiene todo Nadie Podrá Salvarte

Nadie Podrá Salvarte tiene una puesta en escena bastante interesante, pues todo el peso de la película recae en la protagonista, Kaitlyn Dever.

Y no nos referimos a que Kaitlyn Dever sea la más destacada, si no que Nadie Podrá Salvarte omite casi de manera total cualquier personaje secundario.

Durante los 90 minutos de metraje, cerca del 90% sólo estaremos con la Brynn de Kaitlyn y los extraterrestres que invaden su casa.

Los movimientos y expresiones faciales de la actriz son cuidados hasta el mínimo detalle para puedan expresar todo lo que la escena necesita.

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Aún más, la actuación tiene un peso mayor debido a que la película también omite casi cualquier diálogo.

Lo único que oíremos durante gran parte de la obra es hablar a los extraterrestres; pero nuestra única humana en pantalla sólo dirá las frases necesarias en momentos clave.

Esto hace que la experiencia sea más sofocante y tensa; pero al mismo tiempo relevante para el desarrollo de la protagonista.

Ya que aumenta ese sentimiento de soledad, vulnerabilidad y relevancia, ya que nos da a entender que la voz sólo se debe de usar para decir cosas importantes y no malgastarla en tonterías.

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Esto hace que conectes de manera puntual con ella, teniendo un desarrollo orgánico en este viaje de redención; pues Brynn pasa por diversas pruebas antes de poder librarse del peso que la ensimismaba.

¿Nadie Podrá Salvarte vale la pena?

Sea que gustes de los dramas, la ciencia ficción o el terror, Nadie Podrá Salvarte es la película que debes de ver en estos días.

Pocas veces una película puede dar tanto a prácticamente todo el público, sin sentirse complaciente o irrelevante en su escritura.

Nadie Podrá Salvarte es una obra digna de dedicarle un momento de tu vida, tanto por el concepto y trasfondo que maneja, como por la gran actuación de Kaitlyn Dever.

Esto al mostrarnos que por más que lo evitemos, nuestros demonios seguirán ahí y es mejor afrontarlos antes de que se materialicen.