En 1982, con la esperanza de contactar seres de otro planeta, la NASA envió al espacio infinito cápsulas que capturaban a detalle la vida en la tierra, desafortunadamente el agregar videojuegos al mensaje fue tomado como una declaración de guerra por los alienígenas. Décadas después la tierra es invadida por personajes de famosos videojuegos, ahora el futuro de la humanidad está en manos de unos inadaptados sociales que en su juventud fueron campeones, sí, de los videojuegos. 

Chris Columbus es un director que nos hizo pensar estaba retirado prematuramente después de haber hecho cintas tan icónicas como  ?Home alone 1 y 2?, y las dos primeras de ?Harry Potter? pero por alguna extraña razón decidió que ?Pixeles? fuera su regreso triunfal al séptimo arte, lo que es patético.  

Meses atrás con los trailers y posters se nos viene prometiendo una experiencia mágica con la combinación de videojuegos clásicos y una película cómica de acción, pero la realidad no puedo ser más cruel y en los primeros minutos el espectador se da cuenta que cayó una vez más en la trampa de Adam Sandler y sus comedias sin chiste ni esfuerzo. 

?Pixeles? es un caballo de troya para el señor Sandler. El filme carece de humor y sus personajes son más planos que una hoja de papel, los actores envueltos en este crimen son obviamente Sandler, que interpreta a un instalador de videojuegos que aparentemente no tiene alma o por lo menos así lo encarna este actor, y Kevin James (por supuesto) como el presidente de Estados Unidos (?). Peter Dinklage el presidiario excampeon de Donkey kong, y por mucho, la participación más triste viene a cargo de Michelle Monaghan que sólo está en el proyecto para darle a Sandler algo con que coquetear y dé a la historia un poco de amor.  

Tenía todo para ser la cinta nostalgia del verano con personajes como Donkey Kong, Pac man y Q*berg corriendo sin control por la pantalla, destrozando -curiosamente- solo iconos arquitectónicos mundiales, pero los realizadores no  supieron a qué público dirigirse.  

En resumidas cuentas este trabaajo debe ser enterrado en un vertedero de basura como los miles de cartuchos de Atari que descansan en el desierto de Texas.