El pasado 24 de diciembre, Alan, un adolescente transexual residente de Barcelona, se quitó la vida a causa del acoso escolar que sufría, pese a que días antes había logrado que un juez le autorizara el cambio legal de nombre.
Su madre experimentó la peor de las Navidades y la mañana del 25 de diciembre se vio forzada a declarar la triste noticia. Con apenas unos segundos de cavilación, la mujer dijo:
Tras varios años de bulliyng, Alan ingresó con diagnóstico de "depresión" en el Hospital Clinic de Barcelona, salió de allí y se cambió de institución educativa, pero en su nueva escuela también recibía agresiones, por lo que su familia y las autoridades del instituto tenían planeada una reunión donde encontrarían una manera de hacer frente a la situación.
Sin embargo, la noche del 24 el joven no aguantó más y se suicidó. Por ello, la Plataforma de entidades LGBTI de Cataluña ha exigido el cumplimiento de responsabilidades políticas por la muerte de Alan ha calificado el suceso de asesinato social.
Con información de 20 minutos y El País.