México.- El papá de Raúl Jiménez hizo unas revelaciones que no le van a gustar nada a los hinchas del América, y es que relató que el actual jugador de los Wolves fue aficionado de Cruz Azul cuando era niño, es más, hasta festejó aquel título registrado en 1997.
Incluso, Raúl Jiménez Vega, padre del canterano del América, aseguró que su hijo comenzó a dar sus primeros pasos en una escuelita del Cruz Azul. Sin embargo, su estadía ahí fue fugaz y terminó decantándose por las Águilas.
Además, Jiménez Vega recordó que al entonces prometedor niño le costaba enfrentarse a La Máquina, pues todavía sentía algo de amor por dicho club.
“En algunas ocasiones llegó a pensar en ir a Cruz Azul, pero le empezó a gustar América. Comenzó a sentir la diferencia porque de chiquito, cuando se enfrentaban a Cruz Azul, me decía: ‘papá, ¿cómo le voy a meter un gol a Cruz Azul?, vamos contra la Máquina'”.
Padre de Raúl Jiménez
Festejó campeonato ante León
Raúl Jiménez, nacido en 1991, festejó este 5 de mayo su cumpleaños 29 siendo el mejor futbolista mexicano del momento gracias a su espléndida temporada con los Wolves.
Pero antes de vivir todas esas glorias, el ex América celebrar el título que Cruz Azul ganó ante León en el Invierno 1997, como señaló su papá en la misma charla con Medio Tiempo.
“El último campeonato de Cruz Azul en León todavía lo festejó conmigo en Tepeji del Río. A Raúl sí le tocó ver a Cruz Azul campeón y lo festejó conmigo”.
¿Por qué llegó al América?
Luego de aquel mágico 1997, Raúl Jiménez se trasladó con su familia a la Ciudad de México y, aunque probó suerte en La Noria, donde entrena el cuadro cementero, la distancia respecto a su hogar lo llevó al Nido.
Fue justo así y en ese tiempo cuando comenzó el romance entre el otrora jugador del Benfica y el América, equipo en el cual cosechó un título de Liga MX previo a irse a Europa de la mano del Atlético de Madrid.
“Vivíamos en la Colonia Jardín Balbuena, y el trayecto saliendo de la escuela no nos daba para llegar hasta La Noria. Sí fuimos y se quedó, pero no le daba tiempo de comer y hacer tareas. Por eso fuimos al nido de las Águilas y eran 35 o 40 minutos menos por el tráfico, y por eso ahí empezó a hacer su carrera”.