Después de la clase de grandeza que el Real Madrid les dio en la eliminatoria de los octavos de final de la Champions League, el Paris Saint Germain consumó otro fracaso en Europa. 

Y es que después de gastar una millonada en unos cuantos fichajes, sobre todos por los 222 millones de euros que pagó por Neymar, quien para empeorar las cosas no pudo jugar este martes por lesión, el conjunto francés volvió a demostrar que el dinero no puede comprar los títulos y mucho menos la grandeza.