Un 1 de mayo, pero de 1994, el mejor piloto del mundo, Ayrton Senna, murió como consecuencia de un accidente mientras corría en el Gran Premio de San Marino.

La curva de Tamburello fue el último tramo de concretó que el conductor recorrió a bordo de su Williams, pues en ese sitio el motor del bólido se apagó para siempre, al igual que la existencia del brasileño.

Senna obtuvo a lo largo de su trayectoria tres títulos del Gran Circo en 1988, 1990 y 1991, siendo uno de los automovilistas más dominantes de su tiempo, además de que para muchos ha sido el mejor y más rápido de la historia.

De tal suerte que, a 23 años de su partida, el mundo de la Fórmula 1 y del deporte en general a través de redes sociales recordó al gran “Magic” Senna, quien ahora en otras latitudes se entrega a la adrenalina que sólo el volante puede producir.