Wikipedia es la más grandiosa, bella e influyente obra en la historia de la humanidad. Por supuesto, la piedad de Miguel Ángel, la novena de Beethoven, el Quijote de Cervantes, el Hamlet de Shakespeare o la noche estrellada de Van Gogh son obras maestras, pero Wikipedia está en otra división. ¿Por qué? Integra en un solo espacio y al alcance de prácticamente cada persona, la monumental suma de los conocimientos adquiridos a lo largo de la historia humana.
¿Por qué es tan importante?
Hablo sobre Wikipedia, porque este extraordinario proyecto cumplió sus primeros 15 años de existencia el pasado 15 de enero. Tres lustros en los que sus fundadores, Jimmy Wales y Larry Sanger, cambiaron para siempre la forma en que nuestra especie aprende, enseña y transforma el mundo. Hoy abarca 291 ediciones en más de 250 idiomas, que suman 38 millones de artículos, los cuales son visitados mensualmente por 500 millones de personas. Para ponerlo en perspectiva, Wikipedia es casi 1000 veces más grande que la enciclopedia británica.
Las nuevas generaciones no pueden ni siquiera imaginarse lo que significaba aprender e investigar antes de la edad de Wikipedia: incluso aquellas personas de altos recursos económicos apenas podían tener una, 2, 5 o máximo 10 enciclopedias tradicionales, que estaban muy limitadas en cuanto al contenido. Aquellos privilegiados que disponían de una biblioteca en casa habían gastado fortunas enteras, e incluso así disponían sólo de una infinitesimal fracción del conocimiento. Quien quería saber más debía recorrer bibliotecas, ciudades y hasta países; labor tan apasionante como frustrante, y una auténtica misión imposible para miles de millones de seres humanos.
El Internet comenzó a cambiar todo; la llegada de las computadoras a los hogares rompió por primera vez la barrera entre el conocimiento y la gente normal, pero, incluso entonces, buscar información era una tarea dispersa y difícil, debido a lo complicado que resultaba el confirmar la veracidad o las fuentes en que se basaba la información disponible en las primeras páginas web de acceso general.
Luego, llegó Encarta, el loable (aunque finalmente fracasado) intento de Microsoft por sistematizar el conocimiento y ofrecer una alternativa digital a la Enciclopedia Británica. Sin embargo, a pesar de lo novedoso de su planteamiento, Encarta rápidamente se convirtió en sinónimo de errores y de información limitada (incluso en su edición 2005, apenas incluía 63,000 artículos). Luego vino Wikipedia, y triunfó donde Bill Gates no pudo. Esa victoria nos beneficia a todos.
Su logro es fundamental en el campo académico, porque le permite a estudiantes, profesores, investigadores (y ociosos en general) conocer acerca de un tema específico y ver cómo éste se relaciona con otros aspectos de la sociedad, la historia, la naturaleza o la condición humana. Usted puede comenzar un viaje Wikipediante leyendo sobre la cocina tradicional de Alemania y terminarlo aprendiendo algo nuevo acerca de una escuela filosófica del siglo XVI, o de una guerra entre tribus del centro de África.
Estas conexiones permiten “traer el conocimiento existente a un nuevo problema” y ese acto de diálogo de saberes constituye la clave de la creatividad y la innovación, como lo explicó Art Markman en su reciente artículo (El proceso de solución de problemas que previene el pensamiento de grupo) para Harvard Business Review.
De hecho, la razón principal de que la tecnología y la ciencia hayan avanzado más en las últimas décadas que en los últimos milenios consiste en que, durante casi toda la historia, los investigadores estaban limitados a la información disponible en su entorno inmediato. En cambio, a partir de la revolución industrial y la modernización de las comunicaciones, pudieron acceder a un rango mucho mayor de saberes. Wikipedia vigoriza y lleva este proceso al siguiente nivel. Quizá, por soberbia u orgullo malentendido, la gran mayoría de los académicos no lo reconozcan, pero el hecho es que para todos ellos (al menos para quienes tienen sentido común) la primera parada al investigar un nuevo tema es justamente Wikipedia, de ahí siguen con lo demás.
Wikipedia es un triunfo del libre mercado
El otro gran motivo de la genialidad de Wikipedia es la forma en que se ha construido este compendio del conocimiento humano. No se trata de un esfuerzo centralizado, sino del resultado de la colaboración de millones de personas, incluyendo más de 100,000 participantes cotidianos, cada uno de los cuales aporta gratuitamente su conocimiento y su tiempo. En contraste, el personal pagado de la fundación Wikimedia (que administra este y otros proyectos) apenas llega a 280 personas. Por eso, Wikipedia no sólo es un triunfo de la creatividad humana, sino también una prueba contundente de la efectividad de los mecanismos de colaboración voluntaria y de libre mercado.
Cuando oímos hablar de libre mercado, la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de Wall Street (con sus ejecutivos inhalando cocaína). Eso no es libre mercado, sino capitalismo de cuates y manipulación financiera a cargo de Washington. Tampoco lo es la fantasmagórica mano de las pesadillas de Adam Smith. Libre mercado es la clave del éxito de Wikipedia: que permanece en línea gracias a la colaboración voluntaria de sus redactores y donantes, irónicamente sin tener que cobrar un solo peso, porque su modelo empresarial no lo requiere.
La otra clave del éxito de Wikipedia está profundamente ligada a la primera y se llama descentralización. No es coincidencia; Jimmy Wales se inspiró en Hayek (discípulo de Mises en la Escuela Austriaca de Economía) para darle forma a Wikipedia y (como ya lo hemos comentado en otros artículos) desde principios del siglo pasado Ludwig Von Mises explicó el fracaso del socialismo y de la planeación central, porque la cantidad de información que define los actos humanos es tan subjetiva, tan amplia y tan veloz, que resulta imposible analizarla y actuar con base en ella.
Esto es cierto no solo para los gobiernos, sino para cualquier organización humana. Entre más se centraliza la toma de decisiones menor es la comprensión real del entorno y por lo tanto es mayor la probabilidad de errores. Esta es la diferencia de fondo entre Encarta y Wikipedia. Encarta intentó construir una estructura de contenido creada y controlada directamente por su burocracia. Por el contrario, Wikipedia apostó desde el principio a la libre edición del contenido como la piedra angular de su proyecto. Todavía en 2005 Microsoft habilitó una opción para que los usuarios únicamente “sugirieran” cambios a los datos de Encarta, se negaron a ceder el control y sellaron su fracaso.
El desafío de la certeza
Este tema, el de la libre edición, constituye también una de las grandes críticas que expertos y esnobs lanzan contra Wikipedia. Exclaman: “¡No podemos estar seguros de que la información sea correcta!”, porque cualquiera (y no solo los “elegidos” de la academia) puede actualizarla. Patrañas, en la abrumadora mayoría de los casos la información es correcta (y en aquellos artículos polémicos o sin fuentes la propia comunidad de editores pone avisos al respecto). Así lo comprueban millones de usuarios cotidianos y lo ratifican estudios como aquel famoso análisis publicado en diciembre de 2005 por la revista Nature, afirmando que la confiabilidad de Wikipedia es similar a la de la Enciclopedia Británica.
¿Por qué funciona? La respuesta nos la da G. K. Chesterton (en El Hombre Que Sabía Demasiado): “Una persona podrá hacer trampas en sus negocios, pero nunca en sus pasatiempos…puede haber sido un abogado tramposo, pero no podía evitar ser un anticuario honrado”. Ya que no hay pago de por medio, quienes editan Wikipedia lo hacen por vocación, y con una comunidad tan amplia, cualquier falsedad, puesta a propósito por algún maloso (o sin querer, por algún ignorante) es corregida con relativa rapidez.
¿Qué hay riesgo de errores y prejuicios? Efectivamente, y no solo en Wikipedia; cualquier enciclopedia tiene este peligro, el cual aumenta entre más limitado es el número de autores y de puntos de vista reflejados en el contenido. De hecho, ni siquiera un sistema de revisión de contenidos a cargo de los propios investigadores (el famoso peer-review) es tan efectivo como quisiéramos.
Desde hace 10 años la comunidad científica comenzó a sonar la alarma, ya que la mayoría de los contenidos publicados y supervisados académicamente son erróneos, malinterpretados o directamente inventados. El problema es tal que los investigadores Paul Glasziou e Iain Chalmers (Oxford) calculan que más del 85% de la investigación biomédica se ha desperdiciado ($200 billones de dólares tan solo en 2010) debido a problemas evitables en la producción y el reporte de los hallazgos.
John Ioannidis (Standford) coincide y afirma que la mayoría de los descubrimientos son “falsos”. Esto a pesar del pesado andamiaje institucional y de las regulaciones que, como señala el prestigioso journal The Lancet, “suelen ser desproporcionadas a los riesgos plausibles de la investigación, lo que pone en riesgo la capacidad y motivación de los investigadores para responder algunas preguntas importantes.” Y eso es en la biomedicina; en las llamadas ciencias sociales la historia seguramente es mucho peor.
Conclusión, el riesgo de errores y de manipulación de los datos no es exclusivo de Wikipedia, sino que forma parte de la naturaleza humana. Por el contrario, la fórmula de participación voluntaria de Wikipedia ha demostrado funcionar no sólo para poner el conocimiento al alcance de nuestra mano, sino para mantener a raya (en la medida de lo humanamente posible) a quienes, por ignorancia o mala fe, tergiversan la información.
De ahí que debemos ver el modelo abierto y transparente de esta enciclopedia virtual como una alternativa que vale la pena explorar en otros ámbitos del mundo académico y de la vida social. Hace una semana algunos amigos me preguntaban en qué consistía el libre mercado, el libertarismo y la escuela austriaca. ¿Quieren saberlo? Dense una vuelta por “la enciclopedia libre”: información descentralizada, libre colaboración, auto regulaciones, gobierno mínimo. Sí funciona, y funciona muy bien. Bendita Wikipedia.
Por cierto…
Al son de “Yo con México” Margarita Zavala arrancó su campaña presidencial, y no lo hizo de azul y blanco. El mensaje es claro, tiene la fuerza y la determinación para competir con o sin la estructura de Acción Nacional. Ahora a Moreno Valle y Anaya les corresponde la réplica.
Personas libres y mercados libres