El EZLN y el CNI han hecho pública una decisión que se ha recibido con perplejidad, desaprobación o con alegría por distintos sectores de la opinión pública democrática y revolucionaria. Han abierto una consulta a sus bases para decidir si lanzan una candidata indígena a las elecciones en puerta.
Me dispongo a reflexionar en voz alta sobre este hecho de la vida política nacional que atañe a un sector importante de la oposición al Régimen dominante. Esta reflexión tiene el propósito de enriquecer nuestro conocimiento sobre la situación actual de la lucha social y de clases en el país.
· Los zapatistas y los militantes del CNI tienen la prerrogativa, la facultad y hasta el derecho (norma jurídica) para acordar, plantear y pelear por lo que consideran necesario y acertado. El colectivo al que pertenezco, Rumbo Proletario, nunca se ha erigido en censor o juez que arbitra los actos de sus hermanos revolucionarios o rebeldes, como gusta autocalificarse el Sub Comandante Galeano.
· Como no tenemos ninguna razón para dudar de la sinceridad del EZLN y del CNI, asumimos que su determinación, de resultar positiva la consulta, los llevará a una participación en las lides electorales lo cual, a no dudarlo, introduce elementos básicos radicalmente nuevos en la línea política o en las consideraciones que sobre todo el EZLN ha venido planteando en cómo desarrollar la lucha contra el orden establecido. Los propósitos reales les llevarán a usar a su manera dicha participación. Pero no hay duda de que entrarán al juego electoral.
· Esta decisión, la simple eventualidad de participar en las elecciones, repetimos, independientemente de las razones y objetivos que se persigan, implica que aquello de luchar a la izquierda y por abajo queda marginado, cuando menos en el lapso que comprenda su nueva participación. No hay necesidad de pedir registro, no es preciso moverse total y absolutamente en los terrenos formalmente establecidos por el derecho electoral, no es obligado confiar en que se conseguirán cargos estatales para estar dentro de las redes de arriba, dentro del juego político implícito de este espacio de la conflictividad y sobre todo para enviar un significativo mensaje a la conciencia de los trabajadores, a la opinión de los luchadores mexicanos. Este mensaje sería que el espacio electoral sí es un espacio en el que hoy los revolucionarios no sólo pueden realizar sus lineamientos políticos sino, incluso, desarrollarse.
· El EZLN y el CNI están ante la eventualidad de luchar por abajo y por arriba, en la institucionalidad burguesa. Pueden establecer que luchan por abajo y por arriba pero desde abajo, pero aun así la canción que canten de ahora en adelante ya será otra canción, muy distinta a aquella que con tanto orgullo esgrimió por doquier la dirección zapatista y sobre todo el sub.
· En el caso de que la consulta arrojara un rechazo a la propuesta, eso no eliminaría la certeza de que en la línea política zapatista, en su pensamiento, en su práctica han tenido lugar modificaciones sustanciales en su manera de ver la conflictividad nacional y en las formas para enfrentarla. El solo hecho de proponer a sus bases algo como presentar una candidata a las elecciones institucionales, más allá de que la sugerencia haya salido o no del mismo EZLN, indica que ya no consideran que no se debe actuar desde arriba. Cabe decir que, de ahora en adelante, el EZLN jugará también reglas legales e institucionales establecidas, repetimos incluso en el caso de que no se pida registro ni todo lo demás que incluye la legislación electoral mexicana.
· Participar en elecciones a cargos de representación “popular”, como suele llamárseles, no es un principio ni en negativo ni en positivo. Es un asunto de táctica, de condiciones concretas. Siempre se tuvo la idea, sin embargo, que los camaradas zapatistas en algún momento la habían erigido en algo parecido a un principio, y en más de una ocasión condenaron duramente a quienes reflexionaron sobre la eventualidad de hacer lo que ellos hoy consultan a sus bases.
· Al tomar esta decisión, que, repetimos, les marca independientemente de lo que ocurra con la propuesta, debe pensarse que el EZLN ha visto cambios sustanciales en el régimen político mexicano y especialmente en el régimen electoral, incluido, naturalmente, todo el mecanismo del Poder estatal, cambios que les han llevado, ahora sí, a tomar una determinación que en algo alteraría su línea de los últimos tiempos, lo cual es normal en una organización viva y actuante.
Debe pensarse también, evidentemente, que, como bien lo sabe el EZLN, tales cambios no han tenido lugar y si los ha habido son en sentido de una mayor reaccionarización para un uso revolucionario o rebelde de ese campo, la decisión zapatista, entonces, puede tener que ver con que aprecian que si son ellos los que actúan electoralmente, por no se sabe qué artes aquellos obstáculos no les llegarían, no les afectarían, se eliminarían y se garantizaría que no “harán el juego a la burguesía” ni usarán para utilidad de la propia organización, a los sectores populares, en algo que perfectamente se sabe campo de dominio burgués irrestricto.