Como triste presagio de agonía<br>Gime el viento en la lúgubre morada,<br>Y ondulando la yerba desecada<br>Vago rumor entre la noche envía.<br>

Vicente Riva Palacio

Algo terrible llegó a las colinas y valles con aquel meteoro, y algo terrible —aunque ignoro en qué medida— sigue estando allí. 

Howard Phillips Lovecraft

El meteorito en Monterrey

Supongo que nadie pudo dormir en la Sultana del Norte por el meteorito que anoche iluminó el cielo de Monterrey. ¿Qué anuncia? No tengo la menor idea, pero ojalá nada malo. Porque una desgracia más ocurriera en la capital de Nuevo León, no habría recursos para enfrentarla. Ya no hay Fondo de Desastres Naturales

Ya es legal la desaparición de ese y otros fideicomisos. En la práctica, por cierto, habían dejado de operar, pero teníamos la esperanza de algún día rescatarlos. Ya la perdimos.

De hecho, en el anterior desastre natural los regios, las regias, gente trabajadora, ni siquiera merecieron que AMLO se acordara de que existen. ¿O ya nos olvidamos de que prefirió ir al hangar presidencial a anunciar su rifa no rifa del avión que ni Obama tenía antes que dedicar una solo palabra de aliento a una ciudad importantísima que sufría por lluvias históricas?

El huracán Delta

Premonitorio que el día que los diputados de Morena, Partido Verde Ecologista de México y Partido Encuentro Social votaron en la Cámara de Diputados por extinguir los fideicomisos nacionales, entre ellos el FONDEN, se anuncia la llegada a costas mexicanas de un poderoso huracán. Y aunque Delta —afortunadamente— ya se degradó de categoría 4 a 3 antes de que impacte tierra, eso no quita que ya no se tendrá de dónde costear ayuda concreta para enfrentar los destrozos que causarán esta y otras tormentas, como solía ser anteriormente.

Sí, uno de los fideicomisos con mejores reglas de operación, metódicamente auditado y cuyos recursos llegaban a quienes los necesitaban fue clausurado para, con ese dinero, “hacer frente a la emergencia sanitaria por el Covid-19”. Ello ni siquiera es enteramente cierto. Parte del dinero está siendo utilizado ya para financiar los proyectos de Dos Bocas, el Tren Maya y Santa Lucía...

El FONDEN tenía por noble objetivo: “atender los efectos de Desastres Naturales, imprevisibles, cuya magnitud supere la capacidad financiera de respuesta de las dependencias y entidades paraestatales, así como las entidades federativas”, pero igual fue fulminado por nuestros legisladores. No importó que el Colegio de México consideraba a dicho fideicomiso como el único instrumento financiero con el que el Estado mexicano podía atender de manera eficiente a la población afectada por un desastre natural.

El pretexto, como ya es costumbre con la 4T, es que ahora los recursos llegarán más rápido a la población objetivo y que ahí antes habitaba la corrupción. La realidad es que, a partir de ahora, nada asegurará lo primero y que nunca se probó lo segundo.

La propuesta para desaparecer los fideicomisos fue elaborada por la diputada Dolores Padierna, arguyendo que carecían de transparencia y rendición de cuentas en su operación. Interesante argumento cuando el 90% de las compras de las 4T son opacas, directas y sin licitación de por medio...

Se presume que ahora el dinero se dará a las víctimas de Delta sin intermediarios. Sin embargo de entrada existe un error para hacer esto posible: el nuevo proceso carece de un comité de evaluación técnica que determine la magnitud de los daños y cómo proceder para la repartición de los apoyos, como sí lo tenía el FONADEN.

Nuestro país es altamente vulnerable a la naturaleza. Terremotos, incendios, huracanes, inundaciones, sequías, deslaves azotan a México de forma constante, por eso era adecuado contar con un fondo estructurado para hacer frente a desastres naturales. Este año el FONADEN tuvo un presupuesto de 3,353 millones de pesos; menor al de años pasados, pero que igual podría servir en casos de pérdidas cuantiosas como será con Delta.

Por cierto, tampoco ha importado que el Fondo Monetario Internacional recomiende al gobierno de la 4T suspender temporalmente la construcción de la antes mencionada refinería y utilizar ese dinero para solventar gastos esenciales. Para los lopezobradoristas quien eso dice es “la mafia del poder” y la sugerencia del FMI de enfocarse a la producción de hidrocarburos y posponer la construcción de la obra debe ser desestimada. Ya dirá el presidente mañana que dicho organismo internacional no sabe lo que dice y que mejor “pase” a pedir perdón

Las prioridades de la 4T se encuentran tan descolocadas como terminará cualquier terreno azotado por Delta. No se entienden las necesidades del país; se insiste en buscar soluciones que solo generan más problemas. Y, lo peor, no hay nada que indique que el mal augurio será aleccionador para esta administración.