"La hospitalización por Covid-19 en el Valle de México sigue bajando lentamente. Es tarea de tod@s seguir bajando contagios mientras poco a poco recuperamos las actividades bajo la nueva normalidad."<br>

Claudia Sheinbaum

Una de las entidades que más eficazmente ha enfrentado la pandemia del Covid-19 es la Ciudad de México. Tarea por demás compleja si consideramos sus dimensiones, problemáticas de por sí existentes y gran dinamismo.

Distinguiéndose de otras localidades, y algunos casos requiriendo distanciarse, así sea sutilmente de la estrategia —no tan exitosa— dictada por las autoridades de salud federales, se ha implementado un esquema de apertura bajo una semaforización pausada y controlada. A cargo de la jefa de gobierno, la capital del país ha podido reactivarse social y económicamente en forma paulatina, con cierto orden, tanto así que ha constituido el modelo que intentan emular otras ciudades o entidades para reactivar su comercio, movilidad y distintas actividades productivas.

Llama la atención —y se agradece— la intencionalidad que le da Claudia Sheinbaum a mantener informada a la ciudadanía (igual si se trata de buenas o malas noticias), lo que distingue a la administración local de la mayoría de la de los otros estados. Para empezar se presenta un informe diario de la situación de la Ciudad de México frente al Covid-19. Además, reportes semanales que precisan cuáles son las colonias con más contagios y que requieren atención prioritaria por parte de las autoridades sanitarias. Se difunde constantemente vía diversos canales que incluyen redes sociales y aplicaciones para dispositivos móviles de la localización de contagios, disponibilidad de atención médica y saturación hospitalaria. Eso entre muchas otras medidas.

Quienes acusan de ineficiencia al gobierno de la capital por el alto número de contagios y muertes producto del Covid-19, olvidan que la CDMX y su zona conurbada concentran aproximadamente el 20 por ciento de la población del país, siendo que hasta el día de ayer se tenían registradas también cerca de ese porcentaje de defunciones con respecto a la cifra total nacional de muertos (7.7 mil de 35 mil muertos).

Pero se han pasado de lado otros dos hechos importantes: 1) Entre más es la concentración poblacional, que es precisamente lo que ocurre en la capital mexicana, se esperaría mayor tasa de contagios. Sin embargo eso no ha ocurrido en la Ciudad de México, donde estos se han mantenido controlados e incluso con una ligera tendencia a la baja en número de casos confirmados activos. 2) Que eso es, a pesar de que el gobierno local ha invertido presupuesto y hecho un importante esfuerzo por incrementar el número de pruebas para detección del virus que se practican diariamente. Ello, como ya sabemos, tiene el efecto secundario de elevar más que proporcionalmente el número de detección de contagios y el de letalidad del Covid-19 en la Ciudad.

Naturalmente aún es demasiado pronto para cantar victoria, máxime si se considera la permeabilidad que existe en CDMX con respecto al flujo de personas del resto de la República, señaladamente de los municipios colindantes. Pero es un hecho que el gobierno local mantiene a sus habitantes ampliamente informados y que su titular ha buscado un orden en el caos que muchas veces se dibuja en medio de los esfuerzos gubernamentales para hacer frente a la pandemia.

Siempre es difícil encontrar un balance adecuado en la decisión de volver al semáforo rojo, mantener la Ciudad en naranja y normalizar toda actividad productiva, pero tranquiliza saber que a Claudia Sheinbaum no le tiembla la mano cuando ha tenido que decidir mantenerse en estado de alerta más tiempo de lo planeado/deseado. Ya lo hizo alargando dicha situación para todo el Valle de México a mediados de junio. Lo tuvo que hacer también en el Centro Histórico, luego de que, al probar la reapertura de locales de acuerdo a un esquema específico para la zona, se cayó en una situación descontrolada (se intentó posteriormente un esquema de flujos con filtros de acceso de acuerdo a la letra inicial de apellido de las personas que tampoco fue exitoso, por lo que se dio marcha atrás y se volvió a un confinamiento en el primer cuadro de la ciudad).

Hoy sabemos que existe planeación y liderazgo; la cabeza del gobierno de la Ciudad de México no dudará en posponer la entrada a una situación de semaforización amarilla o verde. Ella piensa en términos de salud, reactivación económica, eficiencia y orden, no en cuestiones de interés político, como muchas otras autoridades.