Quizá la culpa es mía<br>Por no seguir la norma,<br>Ya es demasiado tarde<br>Para cambiar ahora.<br>Me mantendré<br>Firme en mis convicciones,<br>Reforzaré mis posiciones.<br>Mi destino es el que yo decido<br>El que yo elijo para mí.<br>¿A quién le importa lo que yo haga?<br>¿A quién le importa lo que yo diga?<br>Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré.<br>

Alaska y Dinarama

Ódiame sin medida ni clemencia<br>Odio quiero más que indiferencia<br>Porque el rencor hiere menos que el olvido...<br>Pero ten presente de acuerdo a la experiencia<br>Que tan solo se odia lo querido<br>

Los Tres Ases

El mismo día que Andrés Manuel López Obrador presentó en Palacio Nacional la “Guía ética para la transformación de México”, el diputado Gerardo Fernández Noroña hizo gala de que la ética, las disposiciones normativas, el presidente y la salud de los mexicanos le tienen sin cuidado.

En plena sesión del INE, donde se presentó para protestar por la sanción que el Consejo General le impuso por haber insultado tiempo atrás a la diputada panista Adriana Dávila, el petista legislador se negó de forma determinante a usar tapabocas, como lo marca el protocolo del instituto. El señor se cree por encima de cualquier norma, por nimia que sea y piensa que no tiene por qué seguir las reglas más elementales de precaución.

Y ya no se diga por él; tan solo por simple respeto a los demás. Las cosas como son: a estas alturas quien no usa cubrebocas lo hace por mostrar desprecio e indiferencia. Esto es, porque le da la gana, pues no significa realmente un inconveniente o dificultad insuperable (yo corro 10 kms al aire libre y lo he aprendido a hacer, sí, ¡con cubrebocas!).

Pero el inconsiderado diputado no pudo autolimitarse ni media hora. “Yo sé que me quieren amordazado, hablaré sin mordaza, además tomo mucha agua al momento de intervenir, y no puedo tomar agua con el cubrebocas”, dijo cuando Lorenzo Córdova, el presidente del INE, le insistió debía usarlo.

Ya sea evidenciando que no puede tener criterio propio o, bien, colgándose a conveniencia del ‘engatusamiento’ del que el doctor Hugo López-Gatell ha hecho presa a ignorantes en México al afirmar que el cubrebocas no ayuda, Fernández Noroña dijo que él tampoco lo usaba.

Al final, el diputado Fernández Noroña se salió con la suya, nuevamente para no asumir ninguna responsabilidad: los representantes de partidos políticos, el consejero presidente y los demás consejeros optaron por salirse del recinto y dejarlo solo. Y es que la razón por la cual el diputado se encontraba ahí fue porque hace poco más de un año se expresó así de su colega legisladora: “… Me dicen que hay una diputada, que fue senadora, que está vinculada a este tema, que ahora es compañera nuestra y es más bocona que la chingada. No sé si sea cierto o no, pero es cierto que aquí está uno de los problemas. ¡Pásenme elementos para ponerle una chinga, la próxima vez que abra la boca!”

Ya desde entonces (bueno, para ser sinceros, desde mucho tiempo antes) dejó de manifiesto su cero educación, su nula caballerosidad y poco entendimiento por lo que se refiere a tratar a las mujeres. Por si fuera poco, cuando el representante del PT en el INE afirmó que Fernández Noroña ya había pedido una disculpa y que este no debía ser sancionado, el diputado lo contradijo afirmando que él no pedía ninguna disculpa “porque no fueron insultos, sino realidades”.

Poco importa que en nuestro país tan solo este año la violencia familiar en contra de las mujeres ha aumentado más de un 17% y que hasta octubre de este año llevemos contabilizada la terrible cifra de 777 feminicidios (oficialmente reportados por la autoridad). Para Fernández Noroña es normal y práctico lanzar insultos desde la palestra y contribuir a este mal nacional.

De igual forma, su actuación en el INE es obviar el millón de contagiados y los más de 104 mil muertos en el país por covid. Por si fuera poco, con la cobardía de culpar a otro de su desfachatez. ¿Qué sentirán sus colegas de la 4T que han sufrido del covid? ¿Aquellos que hemos perdido familiares por el mismo? Dado que no cree en la dimensión de la enfermedad, ¿ni siquiera por educación y respeto a los dolientes puede usar un cubrebocas?

Pensar que un tapabocas es una mordaza, solo muestra el tamaño de sus traumas y prejuicios.

De todos los puntos tocados en la guía ética presentada por su socio político, Morena, ante todo Fernández Noroña parece olvidar el tercero: “De la dignidad”, donde arrasa con la propia y la de extraños, todo en aras de llamar la atención.

Tal vez, la primera copia de dicha guía (que de ninguna manera avalo), debería ser dedicada y subrayada para que Fernández Noroña entienda que no se puede hablar sin pruebas, no se debe ejercer ningún tipo de violencia contra las mujeres (verbal en este caso y amenazando con violencia física), como tampoco se debe desobedecer a la autoridad electoral, ya no se diga menospreciar la salud de todos y los consejos de la comunidad médica nacional e internacional (menos la de López-Gatell, claro está).

Con la actuación montada por Fernández Noroña queda claro que, en la 4T, la ética se la ponen por sombrero y que el bienestar de todos solo sirve de nombre para “un banco”, para una secretaría y nada más.

La indiferencia que tiene el diputado petista por México y la salud de sus congéneres es clara muestra de que nunca los ha querido.