30 de abril de 2024 | 03:05 p.m.
Opinión de Verónica Malo Guzmán

    ‘Empresari@s’ región 4T

    Son los hombres y mujeres de negocios de la obediencia ciega; hay muchos, habrá más, pero ciertamente no son los que necesitamos como país.
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    “Me da mucha pena es (sic) escepticismo de algunos de que este gobierno nos está llevando en la dirección correcta. Me da más pena escuchar a los que ya quieren resultados que yo creo que tardarán en poder medirse máxime con esta crisis sin precedentes de la pandemia. Aquí se trata de estar o no de acuerdo con las acciones. Y eso es binario: estás o no? (sic). Yo si. (sic)”<br>

    Patricia Armendáriz Guerra

    Me entero de que este próximo lunes 5 de octubre la presidencia dará a conocer junto con representantes de la iniciativa privada un acuerdo para la promoción y desarrollo de infraestructura en el país que tiene por objetivo la reactivación económica y la generación de empleos. Me pregunto si este nuevo acuerdo también va a terminar siendo dinamitado por el ala radical de la 4T como todo lo que sucede recientemente en el ámbito económico nacional. Mi escepticismo apuesta a que sí.

    Y es que en ningún espacio se ve tan claramente la pugna entre moderados y fanáticos en el equipo de gobierno y en el lopezobradorismo en general que cuando se trata de inversiones en proyectos energéticos, de infraestructura hidráulica, de comunicaciones y de transporte... A pesar de que en cada ocasión (ya han sido varias) personajes como Carlos Salazar, representante del CCE, o Antonio del Valle, del CMN, se muestran muy satisfechos por los convenios alcanzados, el hecho es que lo pactado no termina siendo exactamente lo que se pone en marcha.

    En la Cuarta Transformación nada más no les cae el veinte de que siempre se vale cambiar los términos de la negociación, pero que una vez acordado —ya sea en público o en privado— NO transita eso de alterar los términos o criterios. La última: modificar lo acordado con la COPARMEX (Gustavo de Hoyos) y la Amafore en materia de topes a comisiones de las afores dentro de la más reciente reforma al Sistema Nacional de Pensiones que se discute en el Legislativo. A la presión a posteriori de figuras extremas de Morena como ahora son Mario Delgado o Gibrán Ramírez (ambos en razón de que se disputan la dirigencia de ese partido y apuestan a que con ello van a destacar), el titular del ejecutivo —por la vía de la SCHP— debe siempre de claudicar algo a los términos acordados con la IP.

    Ya se volvió costumbre, vaya ya se naturalizó, que los advenedizos de la 4T le pongan su “sello distintivo” a este tipo de acuerdos de inversión o de reforma económica por la vía de modificaciones de último momento, que no son ni aceptadas ni aceptables.

    Esto, al igual que la cancelación de proyectos en su totalidad (los más sonados, el AICM y una cervecera de Constallation Brands), contribuye a ahuyentar la inversión, tan necesaria en estos momentos por los que transita el país. Y no lo digo yo, lo dice el encargado del Gabinete para el Crecimiento Económico, Alfonso Romo, como lo recoge el periodista Joaquín López-Dóriga en su columna de hoy en Milenio Diario. Esta claro que la recuperación económica no se dará sin la inversión privada, que en estos momentos significa ¡más del 80 por ciento del total! Y esta, a su vez, no ocurrirá sin certeza para el empresariado mexicano y extranjero, que es precisamente lo que no ha habido.

    Así las cosas, si los extremistas del lopezobradorismo continúan saboteando cualquier reforma, acuerdo o proyecto medianamente atractivo para el capital privado, tendremos “empresarios” sí, muchos, pero versión 4T.

    ¿Y cuales son estos? Pues unos que en el fondo no aportan inversión productiva ni a gran escala, que no participan de la generación masiva de empleos, que mejor optan por coquetear por un puesto en el gobierno federal o convertirse en advenedizos cronistas de las “proezas” de la 4T y con ello negar la realidad que nos impacta cada día.

    Esos son los empresari@s región 4T, los de obediencia ciega; hay muchos, habrá más, pero ciertamente no son los que necesitamos como país.