“Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.”

Cicerón

Las vacunas contra el covid empiezan a llegar a México, si bien se sabe que el Plan Nacional para su aplicación ya va con retraso. En Coahuila la vacunación no comenzará sino hasta el 28 de diciembre —se supone—; una forma de moderna inocentada dicen algunos...

Naturalmente las vacunas no serán la panacea; ciertamente no una que se plasme de manera inmediata. Ya lo dijo el presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden: apenas viene lo peor.

Y no es por no creer en la efectividad de estas (de hecho, él fue el primero de los políticos más allá del Río Bravo que se vacunó; lo hizo público, además, para invitar a la población a hacer lo propio). No, el asunto es que todo el proceso tomará mucho tiempo, más del que se imagina la gente y el que está dispuesta a esperar.

Quizá por eso, como una forma de entretenernos en este largo y sinuoso camino, es que hace unos momentos en el AICM se presentaron los secretarios de Salud, Jorge Alcocer; de Hacienda, Arturo Herrera; de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval; de la Marina, Rafael Ojeda y, por si fuera poco, los subsecretarios Hugo López-Gatell y Martha Delgado para darle ¿la bienvenida? a las vacunas. Un primer lote básicamente simbólico consistente de tres mil dosis.

¿Se justifica el que para recibir un primer cargamento de vacunas suficientes para 1,500 personas de una población de 125 millones de habitantes se desplazaran cinco secretarios y dos subsecretarios? Mi opinión: si era para hacer una ceremonia, con un funcionario hubiera bastado.

Se supone que en lo que resta de diciembre llegarán 1,400,000 dosis más. A este ritmo ya “solo” faltan 1,397,000 para cerrar el 2020.

En el 2018 se tenían registrados 306 mil doctores generales en nuestro país (aunque se calcula que solo 277,000 ejercen). A este número falta agregar todo el personal de salubridad de la nación. Enfermeras, camilleros, técnicos, personal de limpieza, cocinas hospitalarias y también el personal administrativo que sigue en los nosocomios. Por ello es que me temo que la dimensión de la burla de la ceremonia de hoy es infinita. Demasiado ruido para tan pocas vacunas.

Y me preocupa mucho que así sea como se desarrollará lo que sigue de la estrategia de vacunación en el país; más malabares y muchos actos de prestidigitación para justificar que no haya las suficientes dosis o que no lleguen a donde y cuando tengan que estar.