“No se pasa de la ceguera a la luz, no se entra en los soberanos dominios del sol como quien entra en un teatro. Es este un nacimiento en que hay también mucho dolor".<br>

BENITO PÉREZ GALDÓS

¡Vaya que se viven momentos interesantes en la política nacional! Lo último, la detención en Estados Unidos del ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, genera fuertes reverberaciones que precipitan decisiones en Palacio Nacional. ¿O debiera decir: que revierten determinaciones del presidente de la república?

En materia de combate a la corrupción, al narcotráfico, a la violencia y a la criminalidad en el país , AMLO optó —para bien o para mal— por continuar con una ecuación que combina las acciones de las fuerzas castrenses y las civiles. Como toda fórmula en su tipo, esta supone un cierto balance que en última instancia define única y exclusivamente el titular del ejecutivo. Y resultó que López Obrador le concedió cierto peso específico al Ejército y a la Marina; uno que para muchos analistas resulta demasiado amplio.

Naturalmente, ahora con la aprehensión del mencionado militar en retiro, una parte de esa ecuación se ha visto hasta cierto punto comprometida... No voy a debatir en este espacio si ello es correcto o justo. Esto es, si hay motivos para pensar que la posible corrupción del ex comandante de las fuerzas armadas significa que toda la cabeza del actual ejercito esté corrompida. Basta decir que el presidente de la nación ha señalado que la detención de Cienfuegos no se traduce en lo anterior —yo creo que está en lo cierto—, mas sin embargo la duda cabe.

Así, hay que aceptar que la interrogante sobre la honorabilidad del Ejército permea el debate nacional y se multiplican las voces que le piden al primer mandatario que reconsidere darle tanto peso específico a las fuerzas armadas en vista de la acción de la fiscalía norteamericana a solicitud de la DEA.

López Obrador ve, entonces, que esa pieza fundamental de su estrategia se tambalea ante la opinión pública y reconsidera si es adecuado en estos momentos hacer cambios también en el otro pilar de su gobierno. Me refiero a si seguir adelante con el apoyo que le ha dado a Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, hombre de su entera confianza, en su propósito que hace semanas manifestó de contener por Morena a la gubernatura de Sonora en junio de 2021.

Todo estaba ya listo para que este funcionario dejara su encargo en el gobierno federal, pero hoy el presidente AMLO dijo que "a lo mejor" logra convencerlo de quedarse como titular de la SSPC...

Con esta declaración se dejan entrever diversas cuestiones. Primeramente, el total y absoluto apoyo del ejecutivo federal a la labor que ha realizado Durazo estos pasados dos años. En segunda instancia, en estos tiempos en que la calidad moral de no pocos políticos está bajo sospecha, AMLO califica al secretario como funcionario íntegro y honesto fuera de toda duda. A los ojos del líder de la nación, Durazo tiene su confianza plena. Tercero, que López Obrador sí duda de plantearle seriamente a dicho servidor público que se mantenga en su puesto, máxime ante el escenario convulso anteriormente descrito en el ámbito castrense. El presidente debe estarse preguntando: ¿cómo prescindo de Durazo en estos momentos? Las palabras de AMLO significan, por tanto, no solo un apoyo a Alfonso Durazo desde la Presidencia, sino también el compromiso de que, de permanecer en su puesto, el balance de la fórmula de la que hablé antes se alteraría y se inclinaría hasta cierto punto, pero ahora a favor del peso civil. Cuarto, y relacionado con el punto anterior, refleja que el presidente ahora sí está escuchando a quienes cuestionábamos su insistente preferencia por el ejército en tareas propias de los civiles en materia de seguridad pública.

Y en ese sentido no me sorprendería que Durazo considerara esta nueva petición; de decidir en este sentido, se quedaría con más reconocimiento, más respaldo, más apoyo de Palacio, y con más poder, siendo el nuevo y claro contrapeso en la correlación de fuerzas a nivel nacional.

Ahora bien, es importante mencionar que entre los nombres que se han comentado como posibles sustitutos del secretario de Seguridad, ha sobresalido el del actual titular de Relaciones Exteriores. Muy posiblemente este ya platicó con López Obrador al respecto, manifestándole su poco agrado con el prospecto de esta idea. Y es que Marcelo Ebrard no creo que haya dimensionado correctamente la oportunidad que significa sustituir a Alfonso Durazo y coronarse como el funcionario más eficiente de la 4T en todos los frentes y, por lo mismo, como digno candidato presidencial de Presidencia en el 2024.

En todo caso, la negativa, que supongo le dio Ebrard al primer mandatario, solo abonó a que este último reconsiderara la decisión que ya había tomado de ver partir a Durazo rumbo a Sonora a finales de mes.

Y hablando de esta entidad y los comicios que el próximo año celebrará para elegir a su ejecutivo local, sobra decir que atender a la solicitud que ahora hace AMLO a Durazo significaría que ambos sacrificarían la gubernatura en aras de no generar mayor inestabilidad e incertidumbre en el ámbito nacional por cuanto al tema de atención a la Seguridad y Protección Ciudadana se refiere. Bajo ese escenario, nuevamente el Revolucionario Institucional, ese partido que todos dábamos por muerto y enterrado, resultaría victorioso muy probablemente con Ernesto Gándara como candidato. Y es que él se ubica en segundo lugar en la mayoría de las mediciones de intención del voto en la entidad.

¿Este sacrificio lo vale? Deben evaluarlo AMLO y Durazo con un análisis objetivo y desapasionado. Creo además que debe de reconocérsele al presidente que sepa anteponer la conducción nacional en tales materias, y en momentos tan delicados como los que estamos viviendo en México, a las ganancias electorales a nivel local para Morena y para la continuación de su proyecto.

Lástima para la 4T que no pueda tener ambas cosas. Sin embargo, como ya lo dije antes en otra contribución en este mismo espacio, Morena no ha sabido construir contendientes; si no está presente AMLO o los candidatos no salen de su círculo de gobierno, hay realmente pocas alternativas para Regeneración Nacional. Simplemente no hay opciones serias que pudieran competir por Morena con el mismo nivel de arrastre y calidad de proyecto que desplegaría Durazo en la contienda por Sonora. Ni hablar.