“Han pasado los años, hemos tenido un buen entendimiento, él ha cambiado completamente su discurso.”<br><br>“Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente.”<br>

AMLO

Contra todo consejo de especialistas, pero también pasando por alto a la izquierda mexicana que durante tantos años lo ha apoyado —la antiyanqui que se dibuja, por ejemplo, en cada palabra y cada cartón de La Jornada— el presidente AMLO se reunió con el mandatario norteamericano, Donald Trump.

Este líder, además, no es el típico estadounidense, sino uno particularmente crítico de México que se ha dedicado ha insultar a los mexicanos en cada oportunidad.

Pero mismo así, López Obrador optó por entablar conversación y relación con el gringo. El embajador y periodista (además de esposo de la actual embajadora de México en Estados Unidos), Agustín Gutiérrez Canet, atinada y sucintamente describe el posicionamiento del ejecutivo federal así en el diario Milenio:

“Trump no es Lincoln, ni López Obrador es Juárez, pero el mandatario mexicano está convencido de lo virtuoso de su estrategia: mirar a largo plazo, fijarse en lo realmente importante: profundizar la integración económica regional para crear empleos y dar bienestar a los mexicanos, más allá de las veleidades."

"De lo contrario, la más importante relación de México en el exterior perdería valiosas oportunidades por quedar atrapada en conflictos personales...."

"... Con una corriente adversa, sin embargo, el presidente confió en su instinto político y perseveró en su diplomacia suave.”

Al parecer esta estrategia sí le rendirá frutos entre el común de sus seguidores. Ayer, en este mismo espacio, se publicaron los resultados de una encuesta representativa de la población en la que se preguntó sobre su apreciación de las bondades o no de la visita de AMLO a los Estados Unidos. El resultado fue abrumadoramente positivo, ya que un 73 por ciento de los encuestados opinaron que la gira traerá beneficios para nuestro país.

Pero en mi opinión la pregunta significativa en este caso es si la verdadera y tradicional izquierda de México, que conforma buena parte del círculo cercano —aunque no necesariamente burocrático— de López Obrador también lo verá así en el largo plazo. Si creerá que efectivamente Donald Trump ha cambiado su actitud para con nuestros paisanos y nuestro país en general. Si el objetivo que persigue López Obrador justifica el silencio sepulcral que asumió en la Casa Blanca en torno al maltrato que han recibido durante décadas —pero particularmente de manos de la presente administración de aquella nación— nuestros connacionales, a la situación de los migrantes mexicanos y centroamericanos en Estados Unidos, al despliegue de muestra Guardia Nacional cono muro contra los inmigrantes o a la imposición que ha hecho a México de que actuemos de facto como “tercer país seguro”.

Yo no creo. De hecho pienso que en el fondo esa izquierda comienza a sentirse traicionada. ¿Se acercará el presidente AMLO a ella?¿Intentará compensarle de manera inmediata? Ya lo veremos.