Si te vienen a contar cositas malas de mí<br>Manda todos a volar y diles que yo no fui<br>Yo te aseguro que yo no fui<br>Son puros cuentos de por ahí<br>Tú me tienes que creer a mí<br>Yo te lo juro que yo no fui<br>
Consuelo Velázquez / Pedro Infante (como obra maestra) / Pedro Fernández (como cumbia para las nuevas generaciones)
Tenemos un gobierno que no asume su responsabilidad. A quienes lo dirigen, volverse conscientes de sus actos, omisiones, dichos y consecuencias de todo ello nada más no les va.
La última fue la nueva versión de la liberación de Ovidio, el hijo de El Chapo Guzmán, según la cual López Obrador pasó del “yo no supe” al “yo fui”. La excusa fue la seguridad de la ciudadanía. Nada importa haber hecho quedar al Ejército como un grupo de improvisados, cuando que la operación estuvo bien ejecutada, pero no recibió apoyo, de ahí los 18 militares y demás civiles acribillados en dicha operación.
Flaco favor hace el ejecutivo de la nación al Ejército, los soldados y en general a todos quienes tuvieron que ver con esa captura. Eso además de utilizar para Ovidio el “presunto” delincuente. Con este si procura tener cuidado en el uso del idioma y la forma en que se dirige a él. En cambio, a los manifestantes en su contra esta semana en diferentes estados solo merecieron su desprecio al acusarlos abiertamente, y sin pruebas, de corruptos. Otra vez, nada importó que fuesen doctores despedidos de forma injusta por el INSABI.
La segunda muestra reciente de esa irresponsabilidad es el audio de Hugo López-Gatell que circula en redes sociales y donde se lava las manos del desaseo en el cómo ha llevado la pandemia. Ahora culpa a los ricos de haber traído de sus viajes el coronavirus. El colmo.
Antes, sin evidencia, negó la efectividad del cubrebocas, sobajó a las mujeres desde el altar de su soberbia y dio las peores lecciones de estadística que se recuerden.
Pero estar en la lista de los siete países con mayor número de contagios no es culpa de pobres o ricos; es culpa de todos por no habernos cuidado, pero específicamente del rockstar de la epidemiología por sus mensajes contradictorios e irresponsables que posibilitaron que la pandemia creciera por falta de cuidados preventivos adecuados y en tiempo.
Tal vez para dicho funcionario que México ocupe el primer lugar en número de personal de la salud infectado y muerto por la pandemia, también es culpa de los médicos y las médicas y el personal de enfermería, además de la gente con “muy alto poder adquisitivo”. Le tengo una noticia a Gatell: aunque no le guste, la responsabilidad recae en su persona y en su equipo pues no tuvieron (ni tienen) la mínima noción de prevención para quienes cuidan y atienden a los infectados.
Sufrimos un gobierno que no asume su responsabilidad. No sabe ni quiere saber lo que esta significa. Por ende, no importa si hay ¿estrategias?, proyectos, ideologías, programas a realizar. Si nadie se vuelve responsable de ellos y se puede culpar de sus yerros a cualquier persona (aunque nada tenga que ver), se podrá seguir actuando de forma falaz. Cuando el compromiso no existe, se vuelve imposible el buen gobierno.
Irresponsable transitar en esta pandemia sin cubrebocas o asistir a un hospital —que está cerrado— a presenciar un caso falso de un enfermo de Covid. ¿#LordMontajes 4T?
Y no, no digo que López Obrador supiera que todo era un triste montaje. Pero el enfermo no tenía ni suero, ni respirador, solo un cubre bocas, estaba perfectamente peinado al estilo militar... y quien debería de cuidarse (el presidente y compañía) tan campantes. ¿En serio esa es la imagen de persona responsable que quieren proyectar?
López-Gatell lo único que ha hecho es descalificar a las pruebas, a quien opina diferente a sus dichos, a los periodistas y aun a otros doctores y expertos en la materia. Incluyendo la acción de los hospitales privados. Se monta en que efectivamente existen debates serios en la materia para concluir que todo sobre lo que se discute es falso.
Hoy nos dicen que la administración de la 4T no es responsable de los muertos por la violencia. Flaca memoria lo dicho por López Obrador con Denise Maerker, Carlos Marín y Ciro López Leyva: “el presidente no es culpable de la muerte de 60,000 personas (por la violencia) pero sí es responsable” (hablando del sexenio de Calderón, naturalmente).
Hoy, López Obrador es gobernante, y si bien él no es culpable de todas las muertes violentas o resultado del Covid en México, debe hacerse responsable y sobre todo, actuar en consecuencia.