“Desprecia al hombre orgulloso que se avergüence de verter lágrimas”.<br>
ALFRED DE MUSSET
“Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza”.<br>
BENJAMIN FRANKLIN
Los líderes de las 20 naciones más poderosas del planeta sostuvieron su reunión anual hace unos días. En esta ocasión, debido a la pandemia del covid, la reunión tuvo que desarrollarse de manera virtual. En la misma se intercambiaron buenos deseos, pero también se hicieron comentarios reales al respecto de lo que se ha logrado, y se dieron a conocer propuestas concretas de cómo se piensa enfrentar lo que viene, especialmente lo que se requiere para disminuir los contagios y lograr que todas las naciones puedan tener acceso a las vacunas cuando estas estén disponibles.
Cuando le tocó el turno de hacer uso de la palabra, el presidente AMLO mencionó que se debería cuidar y atender primero a los pobres y evitar los toques de queda. Soltó una relación de intenciones que han estado lejos de suceder bajo su gobierno. Al menos en esta ocasión, dios gracias, no mencionó ni a Benito Mussolini ni al avión presidencial y su rifa.
No pudo evitar, eso sí, presumir la novedad que ha tenido su gobierno con aquello de promocionar el Buen Fin y atiborrar de compradores centros comerciales en plena epidemia. Tampoco del alto nivel de remesas que recibe México no gracias a su excelente gestión. sino producto de millones y millones de mexicanos que no encontraron trabajo y oportunidades en su tierra y tuvieron que emigrar a EEUU. O descaradamente mentir sobre que en México ningún paciente de covid se ha quedado sin atención, cama o atención médica.
Reza el refrán “el movimiento se demuestra andando” y, en este caso, la situación de los países ante el azote de la crisis económica y el virus habla más que cualquier intervención espetada ante los demás pares mundiales.
Basta evocar los terribles números alcanzados por México en esta pandemia:
1er lugar a nivel mundial en muertos del sector médico por causa de la pandemia.
7º lugar en número de muertos por cada 100,000 habitantes.
Mientras el promedio de recuperación del resto de las naciones se ubica entre mediados del próximo año y el 2022, para México, dadas las decisiones económicas tomadas, se espera que la recuperación económica se dará hasta finales del 2024.
En razón del número de personas que caerán en pobreza por causa de la pandemia, en términos porcentuales de su población, México ocupará uno de entre los primeros deshonrosos lugares.
No se diga del número de negocios cerrados que no volverán a ser abiertos, ni de los desempleados que se quedarán en esa calidad forma permanente.
Ante lo cual, lo dicho por López Obrador en la reunión de la G-20 dando consejos económicos, sanitarios y de otro orden, dista mucho de la realidad que se vive en nuestro país. Sin embargo igual creyó que al resto de las naciones les daba una clase de economía al decir que su “estrategia” contra el covid ha sido extraordinaria.
Lo cierto es que el titular del ejecutivo está acostumbrado a decir lo que quiere en sus conferencias de prensa, no importando si se trata de falsedades o medias verdades. “Vamos bien, requetebién” gracias a su gobierno. Pero ello no significa que pueda hacer lo mismo en reuniones públicas de carácter internacional.
Ya viene siendo momento de recordar que ser parte del G-20 no solamente es compartir ciertos dichos, sino que la oratoria debe ser congruente con los hechos y acciones realizadas por su administración.
Entre el dicho y el hecho no solo hay un gran trecho; también nuevamente se perdió una gran oportunidad de mejorar la imagen de nuestro país ante el mundo.