“De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.”

Mario Benedetti

Luego de la mañanera en que el presidente López Obrador señaló que el director de la CFE, Manuel Bartlett, ha desempeñado estupendo papel ayudando a limpiar de corrupción a la Comisión y fortaleciendo el sector energético del país, el monero Hernández, de La Jornada, uno de los más serios personajes de la izquierda mexicana y reconocido lopezobradorista, lanzó el siguiente tuit: “AMLO ha dicho muchas veces que no se puede poner vino nuevo en botellas viejas. Bueno, pues Bartlett es una botella vieja y muy opaca.”

La respuesta por parte del diputado del PT, y también asiduo defensor y activista de la 4T, Fernández Noroña, no se hizo esperar. Criticó a Hernández por supuestamente sumarse a los linchamientos que hace “la derecha” en México en el sentido de que Manuel Bartlett forme parte de la administración federal.

Evidentemente, el diputado petista no alcanza a comprender que la crítica respetuosa y constructiva (como fue el caso) y más si viene de las figuras que le dan (y han dado) sentido y fortaleza a la 4T, son absolutamente necesarias.

Quiero pensar que criticar a Bartlett no lo hace a uno ser de derecha, de izquierda o de centro; los motivos del cuestionamiento en torno al director de la Comisión obedecen simple y sencillamente a que se trata de una persona criticable. Punto.

Pero vayamos más allá y, para ello, retomemos el símil de la “botella vieja”. Suponiendo —sin conceder, claro está— que Manuel Bartlett sí sea inocente de lo que se le señala en la investigación patrimonial llevada a cabo por el equipo del periodista Carlos Loret de Mola, ¿significaría que se trata de un ser impoluto en todos los demás aspectos tendientes a su persona como figura pública y política? Bartlett es cualquier cosa menos un inocente; es un dinosaurio con más pecados que virtudes en su biografía.

Me parece que no lo hace “de derecha” el que el dibujante Hernández conmine al primer mandatario a que busque que Morena (y la izquierda mexicana) no se parezca cada vez más al PRI, como de hecho está ocurriendo. Muy por el contrario, siendo Hernández “combatiente” en favor del lopezobradorismo, se revela su preocupación por la integridad y el futuro de la izquierda en el país.

Por su parte, se entiende también la posición de cruzado que desempeña Fernández Noroña en la “batalla” que aparentemente enfrenta la 4T, pero al legislador se le olvida que asumir distintas posiciones en la lucha es válido y que la épica en el campo de guerra es lo que en el fondo cuenta. Su propio “recorrer” político es ejemplo de ello.

Mas, si no fuese suficiente este análisis de la visión que se tiene en la 4T desde la izquierda política —que no comparto en lo absoluto, dicho sea de paso—, siempre queda una lectura práctica y pragmática de las cosas y esa también la pasa por alto el ahora petista:

Por supuesto que Morena nace a partir de acuerdos —no escritos— como es el de NO admitir a gente como Bartlett en el equipo de campaña y de gobierno. Pero estos personajes se aceptaron a fin de cuentas con objeto de ganar la elección federal. Es de esperar y es entendible, por por tanto, que gente honesta de la izquierda (sí, sí hay uno que otro...), pero que no trabaja en el gobierno, no esté de acuerdo con la presencia de alguien como el ex-priista y ex-petista Manuel Bartlett. José Hernández es uno de ellos y tiene derecho a protestar. 

Fernández Noroña simplemente debería de aceptar lo que el monero crítica como un activo para la 4T, y punto.