Con respecto a la intervención del ejército mexicano ese año en Tlatelolco, específicamente para ocupar los instalaciones del Instituto Politécnico Nacional (IPN), hay dos registros que coinciden con esas tomas de edificios: El día 30 de julio de 1968 “El ejército toma la Vocacional 7, en Tlatelolco”… aunque el día 31 es devuelta (1). Por otra parte, hay una nota en la cual se indica que, efectivamente, policías y granaderos, con apoyo de unidades del ejército, en un día como hoy 29-30 de julio, hace 50 años, fueron ocupadas las instalaciones de esa Vocacional y de la Prevocacional 4 (Secundaria), ambas ubicadas en Tlatelolco: “El 30 de julio, día en que el rector Javier Barros Sierra izó la Bandera Nacional a media asta por la violación de la autonomía universitaria, el Ejército tomó por primera vez la Vocacional 7.” (2)
También existen algunas discrepancias de interpretación acerca de si la toma de camiones urbanos, así como la quema de los mismos y de patrullas de la policía en esos días, habían sido actos de legítima defensa por parte de los estudiantes, o si se trató de actos de provocación realizados con toda premeditación, a cargo de agentes policiacos, de civil, infiltrados entre los estudiantes, con la finalidad de generar desórdenes y provocar la violencia de las fuerzas públicas. Esta última (la tesis de la infiltración) es la explicación en particular que han externado varios dirigentes estudiantiles de ese año, como Gilberto Guevara Niebla.
Así lo narra el Maestro Guevara Niebla: “…Otro hecho se produjo frente a la Preparatoria 9 (sobre Av. Insurgentes Norte) donde los estudiantes, bajo la dirección de agentes provocadores, asaltaron e incendiaron a un vehículo de la policía con lo cual se suscitó una batalla callejera que duró horas. En ese punto aparecieron francotiradores que dispararon desde las azoteas. Hubo al menos un muerto. El día 21, en la vocacional 7, los agentes provocadores del Consejo Nacional de Huelga (CNH) Sócrates Amado Campos Lemus, José Nazar y Sóstenes Torrecillas comenzaron a secuestrar autobuses e incendiar vehículos oficiales, dando lugar a una prolongada batalla. En un momento dado, bajo la dirección de Amado Campos y Torrecillas, los estudiantes atacaron con bombas molotov el vecino edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores causando numerosos destrozos...” (3)
En la misma nota consultada y publicada por el diario La Jornada, se indica que “De 1965 a 1968 la Vocacional 7 –llamada oficialmente Escuela Preparatoria Técnica Piloto Cuauhtémoc– vivió un creciente activismo y recibió varios ataques de policías, militares y grupos anónimos.”
Es de dominio público, en Tlatelolco, que algunos vecinos participaron en actos de defensa, así como en protestas y manifestaciones públicas para denunciar esas ocupaciones arbitrarias de las instalaciones educativas, pero sobre todo para pronunciarse en contra de las detenciones irregulares y de las agresiones de las que eran víctimas los estudiantes. Y no se trató solo de los padres o madres de familia de los vecinos, que a la vez eran estudiantes politécnicos, sino que también esa participación de vecinos tlatelolcas se dio de manera espontánea pues, sin jugar ningún rol familiar, se solidarizaban con los muchachos.
“La madrugada del 29 de agosto sujetos enmascarados dispararon contra la Vocacional 7. En la tarde siguiente estudiantes, trabajadores y vecinos pretendieron realizar un mitin, pero fue impedido por policías y soldados con tanques. Y de nuevo ocuparon el plantel.”
“El escritor Felipe Galván, egresado en 1967 de la Vocacional 7 y estudiante de la Escuela Superior de Ciencias Biológicas del IPN, en 1968, comenta: ´En ese edificio (de la Voca 7 en Tlatelolco) se concretó un proyecto piloto que se diferenciaba de la Voca tradicional. En el primer año, aparte de las materias específicas, llevábamos literatura, Psicología, orientación vocacional y asignaturas que nos integraban humanísticamente a la sociedad. Eso generó estudiantes de alta conciencia.´. En otro relato, un estudiante describió lo siguiente: “…hacíamos guardias y en el día salían más de 50 brigadas como de 50 chavos cada una. La Voca 7 parecía el centro neurálgico del movimiento, porque aquí se venían a reunir los estudiantes de las Vocacionales 1 y 4… Por las noches algunos obreros y vecinos venían a visitarnos. Era tal el apoyo de la gente que todos los días llevaba un costal de monedas a depositar al banco. Compraba las mantas por rollo, las cartulinas, el papel por mayoreo. Teníamos tres mimeógrafos funcionando día y noche.” (misma nota de La Jornada) Esto según la narración del estudiante politécnico, de Voca 7, Iván Uranga, responsable de prensa y propaganda, así como de las finanzas del Comité de Lucha de ese plantel.
De acuerdo con notas escritas por egresados de esa escuela politécnica, se tiene el siguiente registro: “Las instalaciones de la Voca 7 con su arquitectura moderna y vanguardista, fueron inauguradas el día 6 de noviembre de 1964 por el Presidente Adolfo López Mateos, junto al edificio Chihuahua, la Secretaría de Relaciones Exteriores, los vestigios de las pirámides prehispánicas, el templo y convento de Santiago Tlatelolco, constituían la hermosa Plaza de las Tres Culturas, que representan el México prehispánico, el México de la colonia y el México actual… La escuela y sus instalaciones contaban entonces con los laboratorios y talleres mejor equipados del Politécnico y abarcaban todas las especialidades como: Física, Química y Biología; Además contábamos con un gran auditorio para 500 personas, hoy en día teatro Isabela Corona, así como instalaciones deportivas con una cancha y pista de atletismo (hoy convertida en estacionamiento), donde destacaba el equipo Ardillas de Voca 7.” (4)
Antes del 68, los niños de Tlatelolco veíamos a los estudiantes de la Voca 7 que realizaban diversas actividades cotidianas en su ambiente escolar, sobre todo los sábados en que se hacían eventos en la zona del campo de prácticas deportivas, que como ya apuntamos tenía una pista de atletismo. Fue triste para nosotros ver cómo esas instalaciones educativas eran ocupadas por granaderos y militares, y cómo poco a poco se extinguía la vida académica y la energía generada por los jóvenes estudiantes en el barrio tlatelolca.
Fuentes consultadas:
(1) Antonio Gómez Nashiki. 1968 Cronología del movimiento estudiantil mexicano. Nexos, 1 enero, 1988.
(2) Arturo Jiménez. La demolida Voca 7, página en la historia de los movimientos estudiantiles: activistas. La Jornada, 7 octubre, 2013.
(3) Gilberto Guevara Niebla. La masacre de Tlatelolco. La Crónica, 15-16 diciembre, 2017.
(4) Mauricio Clemente Buitrón Monroy. Mi escuela. Alternativa. FCR. 2013.
http://fcralternativa.blogspot.com/2013/06/voca-7-de-tlatelolco.html
Nota: Durante los meses de agosto, septiembre y octubre próximos entregaré algunas crónicas adicionales a esta serie sobre la vida en Tlatelolco, desde la visión de los vecinos, tal y cómo lo vivimos hace 50 años.