El ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, acusó hace unos días a los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, así como otros 13 políticos mexicanos, por su presunta implicación en los casos de corrupción de Odebrecht en México y la supuesta entrega de sobornos a legisladores panistas para avalar la reforma energética. Pero llama la atención que en la denuncia no aparezca la compra de astilleros en España por parte de la petrolera mexicana, que provocó un quebranto por varios millones de euros a la hoy empresa productiva del Estado.
La historia de la sospechosa compra de las empresas españolas constructoras de barcos se remonta a 2013, cuando Pemex era dirigida por Lozoya y través de su filial PMI adquirió el 51 por ciento de las acciones del astillero español Hijos de J. Barreras SA (Astillero Barreras), ubicado en la ciudad de Vigo, en la costa noroeste de España, por un monto de 5.1 millones de euros, según informó la propia empresa estatal.
La relación de Petróleos Mexicanos con el astillero ibérico se originó en la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, cuando la petrolera que dirige actualmente Octavio Romero contrató en 2012 sus servicios para la construcción de dos hoteles flotantes, mismos que supondrían un desembolso de 380 millones de dólares para la hoy empresa productiva del Estado.
El acuerdo para la construcción de las naves, además de salvar de la inminente ruina a las compañías españolas que no firmaban ningún contrato desde 2007, dio trabajo a unas 3 mil personas durante 30 meses.
El ex presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Fiejóo, anunció en mayo del 2012 una alianza estratégica con Pemex, en la que la petrolera mexicana se comprometía a desembolsar centenares de millones de euros para que se construyeran 14 remolcadores y los dos hoteles flotantes.
Felipe Calderón cumplió una promesa hecha en España por su amigo Juan Camilo Mouriño, en 2007, cuando su entonces jefe de la Oficina de la Presidencia se comprometió a beneficiar a astilleros gallegos, otorgándoles contratos del sector público para la construcción de buques.
La decisión de comprar los barcos por parte de la compañía petrolera mexicana a los astilleros de gallegos hizo ganar las elecciones de Galicia al candidato del Partido Popular (PP) Alberto Núñez Feijóo, en 2012. Esta compra que favoreció al candidato de la derecha española fue consideró una paga del gobierno de Calderón a la ayuda que dieron los dirigentes del PP al candidato del Partido Acción Nacional en las polémicas elecciones de 2006 a la Presidencia de México.
La administración del ex presidente Enrique Peña Nieto fue más allá en la ayuda a los astilleros españoles, ya que se compraron más de la mitad de las acciones de esa empresa en condiciones muy desfavorables para la compañía petrolera mexicana y ocasionó perdidas a Pemex.
El pasado 30 de enero Petróleos Mexicanos informó que había presentado una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) por el posible delito de administración fraudulenta por la compra del astillero español, casi en quiebra, Hijos de J. Barrales, SA, cuando Emilio Lozoya era director de la empresa petrolera.
Octavio Romero dijo que “Pemex, a partir de que compró la mayoría de las acciones, nunca se involucró en el negocio. Compró y dejó en manos de los anteriores propietarios la mayoría de las acciones, todas las decisiones de la empresa”.
Santiago Nieto abundó: “Hay dos casos todavía que no han sido judicializados, pero hay que esperar la determinación del Poder Judicial de la Federación (PJF) y nosotros seguimos investigando un caso respecto a un astillero en España, en donde hay pérdidas por 50 millones de euros”.
Petróleos Mexicanos informó el pasado mes de mayo que su filial PMI transfirió a la empresa Cruise Yacht Yard todos los derechos de su participación en el astillero, a cambio de un monto de 5.1 millones de euros; es decir, unos 130 millones de pesos.
La sospechosa relación entre la petrolera estatal mexicana y el astillero gallego que arrancó en 2012, en la administración de Felipe Calderón y se afianzó bajo la presidencia de Enrique Peña Nieto, es investigada por la actual administración de la Cuarta Transformación ya que arrojó pérdidas para Pemex.
Hay malos negocios y fraudes de Pemex que siguen causando pérdidas millonarias a la hoy empresa productiva del Estado y que empezaron en la administración calderonista y continuaron en la presidencia de Enrique Peña Nieto.