En la Antigua Grecia crearon el concepto de "muerte civil" para todas las personas que aunque siguieran con vida, jurídica y socialmente pudieran ser tomadas como difuntas. Hoy el diario El Heraldo de México fue lanzado de nuevo al mercado y entre sus columnistas anunciados, se encuentra Carlos Mota, el periodista de los negocios, economía y finanzas que tiene un gusto particular por los actos suicidas.
Y es que hace unos años quiso quitarse la vida tras decidir abandonar el vuelo de su propio éxito, para ser colaborador de El Financiero. En esos tiempos, lo que era un desempeño como periodista de alto nivel como colaborador de Milenio Diario, titular del programa radiofónico Imagen Empresarial de Grupo Imagen; conductor titular en Milenio TV y Proyecto 40, y analista para Televisión Azteca, intentó suicidarse civilmente para terminar salvado solamente por el dinero Manuel Arroyo, Director del impreso El financiero, periódico especializado que tiene su público cautivo, pero que nunca ha podido despegar ni crecer a niveles esperados.
En ese entonces, Carlos Mota solamente tenía ganas de quitarse la vida y no lo logró. Pero en esta ocasión, el intento se convirtió en una realidad, pues el periodista especializado en asuntos económicos decidió abandonar El Financiero y apostarle al recién resucitado diario El Heraldo, que tampoco da señales de buscar mantenerse con vida.
El director general del Heraldo, Franco Carreño Osorio, expuso que más allá de competir contra un periódico en específico, van por un sector que abarca a toda la gente que busca "un contenido diferente", pero ofreció más de lo mismo y sin superar los retos de la era digital, pues en su lanzamiento no logró siquiera la velocidad necesaria para subir notas a internet, lo que se traduce en una condena, ya que el usuario necesita información completa, clara y rápida.
La incompetencia digital es tan solo un elemento para el augurio de que El Heraldo de México tiene posibilidades disminuidas para sobrevivir, ya que el relanzamiento del medio se ha anunciado también para la versión impresa con un tiraje de "cerca de 60 mil ejemplares", que en voz de su director, busca ajustar dentro de tres meses conforme nos lo demande el mercado. Si es que se ajustan estrictamente a lo que el mercado demanda, la versión impresa podría fácilmente desaparecer por una simple lógica: los que buscan contenidos "diferentes", no se encuentran buscando en las versiones impresas, sino en las versiones digitales, campo de deficiencia para el Heraldo; y aquellas personas que leen periódicos impresos, no están buscando precisamente contenido diverso, busca información puntual en una versión que perdura, concepto que encuentran en los clásicos como El Universal, Reforma y hasta Publimetro.
El asunto es que con el ingreso de Carlos Mota a un periódico que tiene pocas posibilidades de sobrevivir, han consolidado su segundo intento de quitarse la vida en un suicidio logrado con éxito. La decisión que ha tomado lo lleva por la senda de la ruina como la de otros columnistas que consideran más útil hablar bajo el agua que hacerlo al viento.