No era necesario ni era humanamente posible juntar el número de firmas requerido para hacer la consulta del juicio a ex presidentes; ni era necesario o moralmente justificable seguir en ello cuando llegó la pandemia, ni continuar con el plan de rifar el avión presidencial este 15 de septiembre. Menos con 71 mil muertos y un boquete financiero producto de ordenar la compra de boletos desde el INSABI para repartir cachitos en todos los hospitales.
No era tampoco matemáticamente viable lanzar una campaña que tenía como meta juntar poco más de un millón de firmas al día, ni hacerlo en plena contingencia contraindicando la recomendación perenne mientras no haya vacuna: “quédate en casa” ... y evita el contacto social. Tampoco era jurídicamente necesario porque el propio Salinas de Gortari ya forma parte de investigaciones por los desvíos corruptos del Duarte de Chihuahua, con el abogado del peñismo de por medio, Juan Collado. Sin tener fuero, los ex presidentes pueden ser investigados por cualquier delito que cometan o hayan cometido.
Sin embargo, en los términos de utilidad práctica ideada por López Obrador, los dos ejercicios han sido exitosos. Cabe aclarar que la palabra “éxito” tiene mucho que ver con aquello establecido en la mente del lector como “fin último deseado” y concordar en que el camino para llegar a ese fin haya sido el ideal.
La rifa del avión presidencial ha tenido entre líneas el fin deseado de establecer la agenda y llenar la opinión pública en una espiral comunicativa de confrontación. Ha sido exitoso porque desde su anuncio, no hay opinólogo o noticiario que se haya abstenido de mencionarlo y tener un amplísimo debate. Los que critican han sido exhibidos en sus pasados y el efecto boomerang les ha cobrado factura. Otros lo han promovido hasta eliminar la barrera de los 500 pesos, como la senadora Citlalli Hernández que de plano, hizo dinamizar para regalar cachitos igual que la alcaldesa Ortiz Couturier. Nadie deja de hablar de ello.
También ha sido exitoso para sentar empresarios y lograr que se cubrieran deudas de impuestos altísimas que se acumularon en gobiernos anteriores; fue exitoso que todo el año, se haya hablado más de la corrupción narco-calderonista y priista, que fue la que heredó el avión presidencial, que de Napito, Bartlett, Holbox y Tren Maya.
Aunque explícitamente se haya recalcado que el supuesto fin deseado de la rifa del avión presidencial era terminar con el símbolo faraónico, excesivo y corrupto mediante la participación popular para que cualquiera del pueblo fuera beneficiario por el azar de lo que iba a ser usado por una pequeña cúpula de privilegiados, aprovechando para juntar recursos y entregarlos a hospitales, personal de enfermería y médicos, ni era el fin ni se cumplió.
Hoy también se ha anunciado que aunque no se haya juntado el número requerido de firmas, la consulta del juicio a ex presidentes va. Y si a Usted le disgustan los “spoilers” le aviso que va uno: habrá juicio a ex presidentes aunque no haya suficiente participación en la consulta -que seguramente, habrá -.
El trabajo de los más creyentes no fue en vano y la justicia nunca podrá estar sometida a consulta popular. La aplicación de la ley no depende de las masas, por eso hay estado de derecho y expectativa de legalidad.
Pero ha sido muy exitosa para dos fines principales: primero para reactivar a las militancias de Morena que ya estaban hartas de no tener una línea unificadora de activismo político. Con todo y la contienda interna, desde simpatizantes hasta diputados y senadores que se confrontan buscando la dirigencia del CEN, ya movilizaron y activaron una maquinaria en todo el país para conseguir firmas y cumplir con los requisitos de formato que son necesarios para presentarlas. Ha sido su factor de unión.
Los golpes sólo están en los medios y en Twitter, porque en las 32 entidades de la República hubo módulos y brigadas -con todo y pandemia - para recordarle a la gente lo que hicieron los ex presidentes e invitarlos a firmar.
El ejercicio es exitoso porque es un termómetro de simpatía y participación: el número de firmas logrado será el que se tenga en número de votos para 2021, más menos, pues abiertamente la campaña fue ejecutada por Morena y sus estructuras así que el panorama estará más claro sobre la dureza de su voto sin campañas, únicamente por partido.
Y finalmente, también será exitosa porque el lugar que ocupa en la opinión pública ha sustituido la gravedad de muertos por Covid-19, la tragedia de los testeos y la falta de ventiladores, la saturación de hospitales en algunos sitios y de plano, la crisis económica y laboral que amenaza lo que resta del sexenio y oculta la dolorosa realidad: el gobierno no tiene dinero. -Igual que millones de familias-.