Desaire
Cuando en su columna de Reforma toca temas relacionados con la industria de la radio y la televisión, el señor Sergio Sarmiento suele aclarar, con honestidad, su conflicto de interés: él ha trabajado durante muchos años para TV Azteca; hoy, además, es el conductor estrella de noticias en El Heraldo Radio.
En su artículo de este lunes en Reforma, don Sergio no menciona su conflicto de interés, pero realmente no tiene importancia.
Dijo de arranque en su columna: “Por primera vez desde que tengo memoria el presidente de la República no se quedó a la comida de la Semana Nacional de la Radio y Televisión que tuvo lugar el jueves 7 de noviembre. Para muchos concesionarios este fue un desaire inesperado”.
Desaire, inesperado o no, que quizá poco importó a los empresarios de la radio y la TV que recibieron la gran noticia, que el propio Sarmiento ha festejado: “Habrá que ver la normatividad que propone el presidente antes de juzgarla; pero la simple propuesta de reducir, o mejor cancelar, los tiempos oficiales es un triunfo contra un impuesto injusto y autoritario”.
Felicidades, señores empresarios de la radio y la tele: les quitarán anuncios oficiales no pagados.
Jorge Mendoza
En cuanto al desaire, quisiera recordarle a Sergio Sarmiento lo que ocurrió cuando Jorge Mendoza era el dirigente de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, la famosa CIRT; el regiomontano Mendoza llegó a ese cargo como ejecutivo de TV Azteca, donde fue compañero de trabajo del columnista de Reforma.
La reunión de la CIRT se iba a celebrar en la Ciudad de México y Mendoza acudió a la oficina del entonces jefe de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador.
Jorge Mendoza le dijo a AMLO: “La tradición es que el gobernador del estado en que se celebra la reunión de los industriales de la radio y la televisión, da un discurso en la comida formal… y además paga el banquete”.
López Obrador le contestó a Mendoza: “No voy; si tengo que pagarles con recursos públicos una comida a tantos, no asisto”.
Mendoza insistió y AMLO no se movió de su posición: “El gobierno de la ciudad no les va a pagar nada”.
El regio Jorge Mendoza entonces lanzó su última oferta: “¿Y si la comida la paga la CIRT o inclusive TV Azteca?”. López Obrador respondió: “Así, obviamente sí voy; y pronuncio hasta dos discursos si quieres”.
Esa vez Andrés Manuel se quedó a comer. Tenía trabajo, pero gobernar una ciudad, por grande que sea, deja tiempo para las actividades sociales.
Además, admitámoslo con objetividad, los empresarios de la radio y la TV ya no son lo que fueron.
Sí comería AMLO en cumbre tecnológica; en todo hay clases sociales
La semana pasada, nos informó Sarmiento, el presidente no se quedó a comer los dueños de la radio y la TV. Es decir, no comió y se fue, como el clásico de Fidel Castro. Más bien, el presidente López Obrador dio su mensaje, se tomó algunas inevitables selfies y se retiró a seguir trabajando.
No fue un desaire porque gobernar un país tan complejo como México en tiempos de cambios más que acelerados, no deja tiempo para echarse un filete con los empresarios de la TV y la radio, que son importantes, pero ya no excesivamente importantes.
Apuesto a que si los dueños de Amazon, Google, Facebook y Twitter celebraran una cumbre tecnológica en México, el presidente López Obrador no solo se quedaba a comer con ellos después del discurso, sino hasta les pagaba la comida —un delicioso menú tabasqueño, supongo— para que México quedara bien con tan distinguidos visitantes.
En la actualidad, en materia de comunicación, hay niveles... o clases sociales. Empresarios tan capitalistas como los mexicanos de la radio y la TV aceptarán sin chistar semejante desigualdad. ¿O no son las desigualdades la esencia del capitalismo?
Rectificación
Sergio Sarmiento sí aclara su conflicto de interés en la columna mencionada.