Tiene razón el presidente López Obrador, pues no solo es su derecho sino también obligación, el no permitir ningún abuso por parte de gasolineras en lo que se refiere a los precios de venta de combustibles. Desgraciadamente, ello no se puede lograr de forma efectiva —y más si la ciudadanía no coopera con amplia información— exclusivamente a través de la Procuraduría del Consumidor.

El mercado es poderoso, sí, pero al mismo tiempo no beneficia necesariamente a la sociedad. Y, si bien puede ser maravilloso, en el caso de ciertas concesiones —particularmente si son del Estado— debe dársele una “ayudadita” para regularse.

¿Cómo hacerlo? Recordemos que el 75% de las gasolineras en nuestro país siguen siendo franquicias de Pemex, por lo que un monitoreo de estas no solo es  posible sino que tendría que ser la norma a aplicar —¿dónde quedó aquella política de litros de a litro?

La clave está en que el Estado provea de la mayor información posible al consumidor. Esto es, comenzando por dar a conocer a la ciudadanía los nombres y ubicaciones de las gasolineras con precios abusivos. También, investigar y detener las operaciones de gasolineras ligadas al huachicol.

Finalmente, hacer del conocimiento público el precio de venta de Pemex de los combustibles a los concesionarios, de forma que sea evidente cuáles están siendo los márgenes de ganancias reales que los gasolineros se embolsan.

El universo y sus números

• Hace 25 años se creó Pemex-franquicias, para un mayor crecimiento de la empresa

• Existen 12,000 gasolineras que operan como franquicia PEMEX (www.pemex.com)

• 10 millones de clientes son atendidos diariamente en las franquicias de PEMEX

• 140 millones de litros de combustible son los que Pemex distribuye diariamente a todos sus concesionarios

• 2,400 gasolineras abandonaron la franquicia de Pemex para vender bajo otras marcas

• Hay 1 franquicia de Pemex de la Secretaría de Marina (ejemplo de que el gobierno federal/secretarías podrían tener su propia red de gasolineras)

• 80% de la gasolina que se vende en México es importada

• Existen ahora 35 marcas en gasolineras además de Pemex

• Shell, BP y Total le siguen comprando el combustible a Pemex, solo le ponen sus propios aditivos

• Oxxogas tiene 448 estaciones

• ExxonMobil importa su propio combustible

• $269,300 millones de pesos es la recaudación prevista por el IEPS de las gasolinas, de acuerdo a la Ley de Ingresos de 2019

Componentes precio-gasolina por litro

De acuerdo a la SENER, los precios se calculan en base a:

• Precio de referencia, precio internacional de la materia prima: petróleo

• Costos de transformación

• Logística para llegar al consumidor final (costos traslado). Los precios serán acotados de acuerdo a los costos que implican su llegada a diferentes zonas del país

• Margen. Es el resultado entre el costo de producción, traslado e impuestos de los combustibles y el precio de venta, esto es, el esquema de ganancia

• IEPS. Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, determinado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

• Estímulo fiscal. Intenta evitar las alzas o bajas de manera abrupta en los precios de la gasolina

Libre mercado sí, pero sin distorsiones ni abusos 

Uno de los impuestos que el gobierno recauda de forma completa y sin incurrir en costos para cobrarlo es el IEPS ingresado por los combustibles. Con respecto a dicho impuesto: a mayor número de unidades, se paga más. Lo cual, conforme a las leyes del mercado, significa que impacta más a quien utiliza/requiere mayor cantidad de combustible.

Mientras tanto, el subvencionar el combustible es un incentivo perverso, porque a mayor número de coches, mayor incentivo recibido. Por ello, se debería seguir cobrando el IEPS y al mismo tiempo buscar la forma en que impacte lo menos posible a quienes menos tienen (pues algo les impacta, aunque en menor medida).

El subvencionar la gasolina por debajo de sus precios de mercado sería un error garrafal con costos estratosféricos para México dado el alto porcentaje de gasolina que importamos. Por ello, lo que se debería calcular el gobierno federal es cuál es el margen de utilidad de los gasolineros y cuál el del gobierno (IEPS). Obviamente, ambos actores deben ganar, pero lo que se debe evitar es que todos los costos del combate al huachicol y la oscilación en los precios de referencia todos los tenga que absorber el Estado.

Si este va a ser el caso, entonces habría que aceptar que para un bien originalmente público no puede operar plenamente el mercado; es necesario monitorear y, de ser necesario, crear un mercado alterno del Estado.

Máxime cuando además hay cierta competencia desleal con las gasolineras de Pemex porque la Comisión Nacional de Hidrocarburos obliga a la empresa del Estado a no favorecer a sus gasolineras con mejores precios y condiciones.

Así, hay ocasiones que la regulación del mercado no es solo un derecho del Estado, sino una obligación. Y este es uno de esos casos.