La semana pasada el presidente AMLO anunció una reducción en la producción de petróleo de México en 100 mil barriles diarios, con el objetivo de completar la cuota de reducción para alcanzar un acuerdo de estabilización de los precios del petróleo crudo. Dicho acuerdo es impulsado por los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros productores no miembros -como Estados Unidos de América (EUA), Rusia y México-, también conocida como “OPEP+”.

Como recordamos, en los últimos dos meses el precio del petróleo ha descendido a mínimos históricos, llegando a los 14.10 dólares por barril para el West Texas Intermediate (https://bit.ly/34BiFZW) y 10.37 dólares para la mezcla mexicana de exportación (https://bit.ly/2VrCQp7), los cuales el 30 de marzo tuvieron precios no vistos en 21 años.

Precisamente este acuerdo busca reducir la producción en 9.7 millones de barriles diarios (mbd), lo que representa una disminución del 10 por ciento de la producción mundial (https://reut.rs/3bbc8rq), con esto se pretende aminorar la oferta del hidrocarburo y así tener un mejor precio por barril para los siguientes meses. México estimó un precio promedio de la mezcla mexicana en 49 dólares por barril para 2020, precio que no hemos visto a ese nivel desde finales de enero de 2020.

Anteriormente, Arabia Saudita y Rusia habían intentado ponerse de acuerdo en la producción del petróleo, el primero como principal productor de la OPEP y segundo lugar a nivel mundial y el segundo como principal productor fuera de la OPEP y tercer lugar mundial. Así el 6 de marzo de 2020 en Viena, ambos fracasaron al cerrar un trato sobre la reducción de la producción (https://bbc.in/2Vwaj1w), lo que provocó que Aramco, la petrolera estatal saudí, aumentara su producción a finales de marzo, inundando el mercado con el hidrocarburo y detonando el desplome de los precios a nivel internacional. Eso hizo que finalmente Rusia accediera a firmar el acuerdo de estabilización este lunes 13 de abril.

Este acontecimiento nos sirve para revisar la posición de nuestro país como producto de petróleo a nivel mundial. En 2018, la producción mundial de petróleo crudo fue de 94.71 mbd, de acuerdo al BP Statistical Review of World Energy más reciente -la US EIA estimó la producción en 100.83 mbd y la OPEP lo hizo en 75.78 mbd para el mismo año-, de los cuales México aportó 1.83 mbd, lo que representó el 1.9 por ciento de la producción mundial (https://on.bp.com/2xyamlo). Aun así, nuestro país es el décimo primer productor de petróleo en el mundo, cerca de naciones como Kazajistán, Nigeria y Brasil. Las primeras posiciones del ranking son EUA con 15.31 mbd, Arabia Saudita con 12.28 y Rusia con 11.43.

La reducción pactada de 100 mil barriles diarios, que entrará en vigor en mayo próximo y que durará en principio dos meses, representa una disminución del 5.6 por ciento de la producción actual de México, que para este marzo es de 1.78 mbd. En mayo, la producción mexicana será de 1.68 mbd, es decir, 180 mil y 270 mil barriles diarios menos a los previstos como plataforma de producción para 2020 en el Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos (PEMEX) 2019-2023, con un estimado de 1.86 mbd, y en los Criterios Generales de Política Económica 2020, con una meta de 1.95 mbd.

De esa producción, México exporta en promedio el 60 por ciento. En 2019 el país produjo 1.70 mbd y exportó 1.10 mbd (https://bit.ly/34A5QPs), lo que representa el 64.87 por ciento de la producción. El restante se va a las ventas internas en el país o para la refinación y producción de derivados.

Aunque resulta complicado estimar el impacto económico de esta reducción, podemos afirmar que tendrá un efecto negativo en las finanzas de PEMEX, que el año pasado sufrió una pérdida de 346 mil 135 millones de pesos. En tanto que el gasto público no se verá demasiado afectado, ya que desde 2017 los ingresos petroleros aportan cerca del 16 por ciento del gasto mencionado (https://bit.ly/3a9AXmf).

Entre 2000 y 2004, PEMEX llegó a aportar hasta el 45 por ciento del gasto público. En esos años, según datos del Sistema de Información Energética, México tuvo su máximo de producción histórico con 3.38 mbd (2004), los cuales provenían en un 63 por ciento del yacimiento Cantarell. Cuando este campo entró en su fase de declinación en 2009, el país perdió más de la mitad de su producción.

La reducción de la producción en el contexto actual de contracción económica, que según el pronóstico optimista de la SHCP será del 3.9 por ciento, no es una señal positiva para la economía nacional, sin embargo, representar un pequeño triunfo para México, debido a que el acuerdo de estabilización solicitaba una disminución de 400 mil barriles para nuestro país.

* Maestro en Derecho por la UNAM.