El doctor Carlos Aranza Doniz (ex coordinador del Instituto de Salud del Estado de México), cometió el mismo error que el Dr. Hugo López-Gatell: salir de viaje en pleno contagiadero. Sin disculpar a Gatell, me atrevo a señalar sin embargo una diferencia: El Dr. Gatell (después de casi un año de llevar su conferencia diaria) salió aquí cerquita, a Oaxaca, el funcionario priísta se fue a otro país, pagando entre 200 y 500 mil pesos por entrar al Súper Bowl (eso sin contar pasajes y viáticos) en compañía de su asesor, José Fernando Gil García, a quien debe de querer muchísimo (ambos, ahora cesados).

El viajecito llama la atención por varios motivos, el primero: Carlos Loret de Mola dio a conocer la noticia (¡y no fue montaje!) Por la calaña de ambos Carlos, me imagino que se toparon en el bar de un aeropuerto gringo, y como ambos pertenecen al mismo grupo ideológico (quizás hasta “Brozo” estuvo ahí), el funcionario mexiquense no tuvo empacho en confesar el motivo de su viaje, y hasta les habrá hecho una apuesta deportiva. 

Jamás imaginó que su “cuate” periodista le tomaría fotos en pleno estadio, para sacar la nota.

El hecho de que Carlos Loret de Mola exhibiera los fotos del funcionario Mexiquense, hizo que, por acto reflejo, un montón de derechosos comenzaran a criticar el gobierno de López Obrador, sin percatarse de que el Estado de México es priísta (en una de esas, un día Loret de Mola publica: “AMLO dona su salario para la compra de vacunas”, y sus lectores van a tuitear: “¡Maldito viejo! ¡Quiere dejar sin vacunas a la población!”) Mientras los derechosos no enciendan su cerebro antes de opinar, el PRI y el PAN seguirán siendo partidos potencialmente peligrosos, por la bajísima calidad mental y ética de sus simpatizantes.

Pero lo que llama más la atención de la noticia, es que Carlos Aranza Doniz, igual que “Pepillo” Origel, no pudo evitar la naquéz de viajar a Estados Unidos en plena pandemia (para mí, un naco es una persona pretenciosa, que le gusta apantallar).

Carlos Aranza Doniz no tiene la apariencia ni la edad del “whitexican” Diego Araiza Graraygordobil (quien le recetara una trombosis al presidente), sino más bien, tiene la imagen del priísta pedófilo y cuasi asesino Mario Marín. 

Su aspecto de viejo malora nos recuerda a don Perpetuo del Rosal, el cacique que dibujara Rius en “Los Supermachos”; sus tendencias egoístas se revelaron cuando se vacunó antes que los médicos mexiquenses. 

Un ejemplar nada raro entre los dinosauros priistas, acostumbrados a hacer su regalada gana, nomás porque tienen mucho varo.

Cesaron al doctor, pero seguramente tiene relaciones y contactos dentro de la gran familia revolucionaria y dudo que el cese represente para él la pérdida de su fortuna.

Cuando uno ve a un científico interesarse en la política, uno piensa que combinará sus conocimientos universitarios con su interés por la sociedad, pero uno se lleva una gran decepción con personas como el químico Andrés Granier Melo, quien al volverse gobernador priista de Tabasco, cambió su gusto por los matraces, por 200 pares de zapatos de Rodeo Drive.

Si hubiera una guerra, estaría mal visto que el Secretario de defensa se vaya a ver una pelea de box a Las Vegas, en vez de preparar una estrategia bélica. Mal timing del doctor Carlos Aranza Doniz, salir al Súper Bowl en plena pandemia, pues además de exhibir que gana un chingo de dinero, demuestra un desprecio total hacia la población, que dice cuidar, y se coloca a la altura de Miguel Gómez Mont, quien, siendo funcionario de Fonatur, provocara una trifulca en las gradas del mundial de futbol, cuando jugaron las selecciones de México y Sudáfrica.

Además de combatir la corrupción, López Obrador debe acabar con la incultura y la ignorancia (donde ya urge inversión), verdaderas semillas de todo mal. Si alguien que cursó la noble carrera de curar a la gente, desea ganar un montón de lana para irse al Súper Bowl, en vez de atender a sus pacientes, imagínense que habrá en el cerebro de gente sin estudios: “chayoteros”, “achichincles”, “barberos”, “bots” y un montón de gente huevona esperando el retorno de la derecha a la presidencia, para tener un “hueso” y una “charola”.

Mínimo se tiene que hacer un examen de cultura general a quienes aspiren a un cargo político; de lo contrario, el poder no se usará para beneficio del pueblo, sino para comprar carros de lujo, scorts, cocaína y viajes al Súper Bowl.