Propongo que el presidente Andrés Manuel López Obrador, declare en el pleno de las Naciones Unidas: “Quiero comunicarles a los representantes de todos los países del mundo, que México no felicitará a Joe Biden, ni cuando se den los resultados oficiales de las elecciones norteamericanas, ¡ni nunca! ¡Muchas gracias!” Nomás para ver qué pasa.

Por no felicitar a Biden, ¿nos declarará la guerra el país más poderoso del planeta? Herido en su amor propio, ¿Biden sí construirá el muro fronterizo, con diez metros de pilón? ¿Habrá represalias arancelarias? ¿Sacarán a México de los acuerdos con Estados Unidos y Canadá? ¿Liberarán a García Luna, Cienfuegos y al “Chapo”? ¿El gobierno norteamericano reconocerá a México Libre como partido político de verdad? ¿Nunca volverán a pasar Saturday Night Live en la televisión mexicana? ¿Le quitarán sus Óscares a Iñárritu, Cuarón y del Toro? ¡Qué horror! ¡Cuánta maldita desgracia! ¡Y todo por no felicitar a Joe Biden!

Susana Zabaleta, escribió por Twitter: “Sé que nuestro presidente no lo ha hecho, pero Sr. Presidente Electo, @JoeBiden, ¡muchas felicidades!

Muchas gracias por cambiar nuestro mundo.

Atentamente los mexicanos.”

Como el tuit lo escribió en español (y Joe Biden ni tiene idea de quién es Susana Zabaleta), para que el candidato demócrata no caiga en confusiones, tuiteé:

“Sé que nuestro presidente no lo ha dicho, pero, Sr. Presidente Electo @JoeBiden: ¡Chinga tu madre! A nombre de todos los mexicanos

(especialmente de @SusanaZabaleta) #GraciasPorCambiarAlMundo #NuncaCambiesValesMil”.

Tengo curiosidad por saber si en una reunión de cancilleres mexicanos y norteamericanos, los diplomáticos gringos (además de los temas de migración, energía y comercio) serían capaces de preguntar: “¿Por qué su presidente no felicitó al nuestro cuando ganó las elecciones?”, para que la Secretaría de Relaciones Exteriores, responda: “¿No lo hizo? Qué raro; se le ha de haber pasado. Bueno, ¡felicidades!”

O tanto mejor, que el propio Biden le reclame al “Peje” por no haberlo felicitado, para que nuestro mandatario, responda: “Gobiernas el país más poderoso del mundo, todos te temen, nadie te niega nada, te piden autógrafos en la calle, ¿qué más quieres?”

En realidad, creo que ambos gobiernos tendrían más interés por resolver problemas bilaterales que afectan a sus respectivos pueblos, que fijarse en convencionalismos sociales (tipo revista frívola femenina), que solo responden a cuestiones de ego.

Además de no felicitar al presidente estadounidense por su triunfo electoral, también propongo que el “Peje” no felicite a Biden en su cumpleaños (ni lo invite a su respectiva fiesta de cumpleaños), que lo deje en visto en Whatsapp, que no le diga salud cuando estornude, que lo deje con la mano extendida, que lo deje plantado en una reunión cumbre, que lo etiquete en fotos comprometedoras, que le dé su teléfono a los call center de bancos y empresas de telefonía, que en lugar de Joe, le llame Donald, etc.

Pero lo mejor (y más surrealista del asunto) sería que AMLO felicitara a Joe Biden en el 2022. Entonces veríamos de qué leather salen más straps.