El tan mencionado recorte de presupuesto que tendrá México para 2017 es incierto y desigual para distintos sectores. El recorte será de $ 239.7 mil millones de pesos de los cuales los rubros más afectados serán Salud, Educación y Agricultura. Durante muchos años estos sectores han absorbido gran parte de los recursos públicos en cada ´presupuesto.

El contraste con estos recortes que hizo Luis Videgaray y que ahora José Antonio Meade trata de explicar desde una narrativa muy optimista, es que a los Estados no se les aplicará el recorte. De hecho, a los Estados habrá un aumento del 5%. Tampoco al Poder Legislativo ni al Poder Judicial.

El tema de que hay un aumento para los Estados no hace sentido, debido a que se tiene la muy mala experiencia de que las entidades federativas mal gastan y son opacas en la rendición de cuentas. Los ejemplos más claros son lo de Sonora, Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y Nuevo León (y los que faltan). No se explica el por qué los Estados no se apretaron el cinturón.

Mismo caso para el INE que tampoco será afectado con el recorte del presupuesto. El INE tendrá elecciones para 2017, desde luego el experimento más importante, la joya de la corona electoral que representa el Estado de México. Es gracioso como en las entidades que se celebrarán elecciones junto con el INE no les afectarán el recorte presupuestal. Pero bueno, la parte política siempre gana.

Dada la debilidad política que tiene el presidente Peña Nieto, da la impresión que lo que se busca es que de alguna manera tenga el respaldo de los gobernadores y de los legisladores. El presidente Peña necesita aliados y sobre todo que para 2017 la coyuntura no es muy clara. El recorte del presupuesto desde luego que se vería afectado en la inversión pública, esto tendrá repercusiones en el crecimiento económico de México el año entrante.

Lo que no deja dudas es que el presidente Peña con no aplicar recorte a los Estados y a los legisladores es que de alguna manera los está “comprando”, valga la expresión. Esto confirma lo débil que está y creo que lejos de fortalecerlo lo debilita aún más. Algunas secretarías del Ejecutivo si se ajustaron al recorte, lo cual debilitará aún más a Peña Nieto en 2017. La figura presidencial sigue haciéndose cada vez más pequeña.

Aunado a la disminución de la inversión pública, no sabemos cómo se comportará la inversión privada o si podrá compensar esa disminución en el sector púbico. El efecto Trump será determinante en noviembre de este año cuando se realicen las elecciones en Estados Unidos. Si gana Trump será una señal desastrosa para el mundo, pero más para México y los mercados financieros. El tipo de cambio puede sufrir otro cambio abrupto con el triunfo del candidato Republicano.

 Actualmente también es incierto la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en cuanto un alza en la tasa de interés. Los fenómenos Trump y la Fed han sido los principales causantes de que el dólar esté en 20 pesos mexicanos.

Estándar & Poor’s le dio una calificación negativa a México en cuanto a la perspectiva crediticia, tema que va relacionado a la deuda pública del país que se estima llegue a cerca del 50% del PIB. Como se ve, el panorama es incierto para México, sobre todo por el factor Trump que puede desencadenar un escenario más complejo en noviembre próximo.

Lo lamentable del caso en el tema de la deuda pública es que nadie reclama al respecto. Por su lado el Poder Legislativo lejos de cuestionarle al Ejecutivo el tema de la deuda, al mismo tiempo es cómplice. El Congreso es quien autoriza el nivel de deuda del país, lo cual si se llega a ese nivel de cerca del 50% del PIB, es porque ellos son parte de esa responsabilidad. También cabe señalar que el Poder Legislativo se beneficia cuando negocia o acuerda ciertos temas con el Ejecutivo. En diez años se ha duplicado el presupuesto para nuestros legisladores.

El gobierno mexicano tiene mucha tarea para 2017, el reto para el secretario Meade será complicado con una serie de variables exógenas que no están a favor de México. La violencia, inseguridad, la baja aprobación del presidente Peña y la polarización que hay en la sociedad como factores endógenos tampoco son muy alentadores.

Se prevé que la inversión pública será cerca del 3%, uno de los niveles más bajos de inversión en la historia de México. Como vemos el costo político para 2017 será para Videgaray, una figura que ya no está en escena en el gabinete y que lejos de perjudicar al actual secretario Meade, será para la economía de México en general. Ahí tienen el resultado de las acciones de Videgaray, quienes dicen que era el genio del gabinete, el cerebro de este gobierno, las alabanzas no cesaban cuando renunció. El resultado de su supuesta genialidad es un desastre para México.

 

Twitter: @Hugo_Canelo