No hay más fuerza para parar a algo -o a alguien- en seco, que un golpe del pie

Les platico: creo que las más correcta definición para estos casos es la de “freno de pie”, porque no hay más fuerza para parar a algo -o a alguien- en seco, que un golpe del pie.

Aunque ya todo es relativo, pues un comando a tiempo y bien dado, más que de la fuerza necesita de la oportunidad, la precisión y sobre todo, de la decisión, y es irrelevante con qué extremidad se da, inferior, superior y en esta última categoría incluyo a la del músculo mayor, el cerebro.

Veo a los algunos candidatos a gubernaturas, alcaldías y legislaturas, con la imperiosa necesidad de meter el “freno de mano”.

Y veo a otros tratando de ir a toda velocidad pero no se han dado cuenta de que traen puesto... “el freno de mano”.

1.- A los del primer grupo les diría que a lo mejor sería bueno que aprovecharan estos días santos, que se supone son de reflexión, para parar en seco y darse cuenta de que van por el rumbo equivocado y si frenan acariciando despacio, sutil y convencionalmente el pedal, no va a ser suficiente para evitar una colisión con la realidad que a mis irreverentes ojos es -i-ne-vi-ta-ble-.

2.- Y a los del segundo me atrevería a sugerirles que analicen bien a los ocupantes de su nave, porque puede ser que algunos de ellos le estén metiendo el “freno de mano” y de nada va a servir que vayan a toda velocidad.

No tendrán que meterles la pata para que esos estorbos se trompiquen y se partan la madre. No se tiene que llegar a tanto pues seria rudeza innecesaria hacerlo con quienes nomás una simple cachetada ocupan.

Es más, con esos basta y sobra un “golpe de voz” o apachurrar un botón para bajarlos en friega de la nave.

Si lo hacen, los candidatos van a darse cuenta de que con el mismo esfuerzo e inversión, avanzan más y más rápido.

Y qué hay con los del primer grupo que necesitan meter el “freno de mano” para parar su inercia destructiva?

Esos -a mi juicio- harían muy bien en reflexionar y pelar los ojos porque por el ritmo frenético que llevan, no han visto bien las señales que les salen al camino.

Entonces, ¿en qué quedamos, señoras y señores candidatos?

CAJÓN DE SASTRE

“Por lo pronto, que la pasen con madre...santa en lo que queda de esta semana”, les desea la irreverente de mi Gaby... y yo, también.