En 2014 el Presidente Enrique Peña Nieto, en común acuerdo con el Poder Legislativo, impulsó una reforma para que las candidaturas se dispusieran en igual porcentaje entre hombres y mujeres (50-50).

En 2015, el Consejo General del Instituto Electoral en el Distrito Federal, en una decisión arbitraria, bajó de segundo a tercer lugar de la Lista B de plurinominales para integrar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), a una candidata que obtuvo el 16.32% de la votación en su distrito y subió a un candidatocon el 13.18%

En los últimos 12 años, sólo 100 mujeres (el 30%) han sido diputadas en la ALDF; y aunque en la pasada legislación se incrementó en un 9% nuestra participación en la Asamblea, estamos muy lejos de alcanzar la paridad sustantiva u horizontal; por lo que, de seguir así las cosas, según la ONU-Mujeres, tendríamos que esperar más de 80 años para tener una equidad de género en lo jurídico, social y político en México.

Las inequidades de género, producto del patriarcado y de las relaciones sociales que no han logrado modificar la condición de la mujer, se mantienen vigentes aún en el siglo XXI. Como mencioné, fue hasta el año pasado cuando por primera vez se estipuló la paridad de candidaturas entre mujeres y hombres; sin embargo, ésta se encuentra aún lejos de convertirse en una mayor integración a los cargos de representación política y de toma de decisiones.

Ahora bien, aunque la paridad de candidaturas es importante, también creo que es insuficiente, ya que necesitamos de una mayor equidad del ejercicio del poder.

Existen diversas decisiones que de alguna forma afectan la participación real de las mujeres. En las recientes elecciones, por ejemplo, se presentaron algunas prácticas que afectarán directamente nuestro ingreso al poder legislativo, algunas de las cuales son:

1. Los partidos políticos (históricamente constituidos por hombres) decidieron postular a candidatas en distritos donde era muy poco probable obtener la victoria.

2. En general, nos otorgaron menos recursos para tener una campaña exitosa.

3. La confección de las listas para obtener una curul por representación proporcional, a pesar de exigir una paridad en su integración, privilegia que los hombres se ubiquen en las mejores posiciones; lo anterior se sustenta si conocemos que ellos, con el mismo número de candidaturas, obtuvieron 61% de los escaños de mayoría relativa en el Congreso.

Siempre he pensado que debemos procurar un espacio de reflexión después de cada jornada electoral, sólo así podremos detectar qué mecanismos han funcionado y cuáles no; además de que con este proceso crítico se puede mejorar la ley y así construir una democracia participativa más sólida, lo que sumará a la corrección de desviaciones que la práctica impone.

Nuestra exigencia como mujeres que luchamos por participar en el sistema político debe llevar a que en la integración de los órganos legislativos, pero también en la administración pública, se otorguen garantías para una composición igualitaria; es decir,que en ambos casos el porcentaje sí sea del 50%

Mi caso es un paradigma interesante que permite debatir, entre otros aspectos, la pertinencia de las cuotas de género; y, sobre todo, cuáles son las diferencias entre paridad sustantiva y paridad en las candidaturas, y si éstas son herramientas democráticas que permiten que las mujeres podamos acceder al poder de manera real o sólo son buenas intenciones.

En el recién concluido proceso electoral, decidí crear comunidad y postularme como candidata a diputada local del Distrito XII de la Delegación Cuauhtémoc, por el Partido Revolucionario Institucional en coalición con el Verde Ecologista de México.

Las propuestas fueron muy bien recibidas por las y los vecinos de la demarcación, muestra de ello es que obtuve un total de 18,265 votos, lo que me posicionó como la candidata con la segunda mejor votación de mi partido de los 40 distritos electorales.

Con la nueva reforma política, todos los partidos políticos deben proponer igual número de mujeres y de hombres a los puestos de representación. De aquí se desprenden dos listas: la A y la B.

En la lista A se encuentran las y los candidatos que no hicieron campaña pero que por diversos méritos o decisiones se encuentranahí. La lista B se va creando a partir del resultado de la elección. Esto significa que el primer lugar de la lista B le corresponde a la persona que, a pesar de que no ganó la elección, sí tuvo el mejor desempeño de su partido en la totalidad de los distritos.

Usando una regla del fútbol, la lista B es el repechaje que permite lograr entrar a la Asamblea a pesar de no haber ganado la elección.

Yo me encuentro en el segundo lugar de la lista B, porque gracias a la confianza de las y los ciudadanos obtuve, tomando en cuenta a los 40 distritos electorales, la segunda mayor votación en mi partido.

El problema es, y en esto quiero hacer énfasis, no pude acceder a un lugar en la Asamblea por dos motivos:

1. Porque las autoridades electorales no valoran que en la realidad no existe una paridad sustantiva en la integración de la Asamblea Legislativa; pues con la configuración tal y como está: hay 28 mujeres y 38 hombres.

2. Porque del segundo lugar paso automáticamente al sexto, ya que hay que intercalar las listas entre hombres y mujeres.

Todo lo anterior quiere decir que los triunfos de las mujeres en contiendas de mayoría relativa son victorias a contracorriente. Todo lo anterior se refleja en los porcentajes de voto: los candidatos ganadores tuvieron, en promedio, 39.3% de los votos en sus distritos, mientras que las candidatas obtuvimos 37.1%, una brecha de género de apenas 2.2 puntos porcentuales.

Habrá que preguntarnos: ¿Estos mecanismos de asignación permiten una configuración paritaria? ¿Ayudan a consolidar una representación real de las mujeres?

Sin duda, los legisladores tendrán que construir leyes más equitativas y explorar caminos reales que garanticen la paridad sustantiva y no de candidaturas. Los partidos políticos deben hacer a un lado la noción de ?sexo débil? y dejarnos competir en distritos en los que podemos ganar y darnos recursos para que eso realmente suceda.

Aprovecho este espacio para hacerles una cordial invitación al curso Poder Ciudadano: Después del Proceso Electoral 2015, convocado por el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político, A.C. (ICADEP), en donde podremos reflexionar sobre este acontecimiento trascendental en la vida democrática de nuestro país.

En particular, el panel Balance en materia de género después de la Reforma, en donde a través de especialistas en el tema de la paridad, como el Lic. Mauricio López, la Lic. Pamela Higuera y Lucero Saldaña, podremos ahondar en un tema fundamental como el tratado en este artículo por una servidora.

La cita es el próximo martes 30 de junio, a partir de las 9:30 hrs., en el Hotel Fiesta Americana, ubicado en Av. Paseo de la Reforma #80, Col. Juárez, Del. Cuauhtémoc en esta ciudad de México.

*DuniaLudlow se desempeña actualmente como Secretaria General del ICADEP del PRI. Es Maestra en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, España.

Para mayor información sobre el tema:

http://aplicaciones.inmujeres.gob.mx/observatorio/renovacion-de-congresos-locales-y-asamblea-legislativa/

http://aplicaciones.inmujeres.gob.mx/observatorio/