La semana pasada tuve la oportunidad de acompañar al Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, a una gira de trabajo por la Península Arábiga. Este fue un viaje orientado a cumplir con el mandato presidencial de posicionar a México como un actor internacional relevante con mayor responsabilidad global. En este sentido, a esta gira asistieron también los titulares del Fondo Nacional de Infraestructura, de ProMéxico, de Pemex Internacional y el Director de Evaluación y Cooperación Internacional del CONACYT, quienes junto con Bancomext, buscamos oportunidades de inversión y nuevos mercados para nuestro país.
En este viaje visitamos los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Arabia Saudita y Qatar, entre estos países. La población total es de aproximadamente 44 millones de habitantes, los cuales cuentan con los niveles de ingreso más altos del mundo. Estas cuatro economías cuentan con un PIB promedio ponderado de 55 mil 500 dólares. Lo anterior se debe principalmente a su considerable riqueza energética y a las divisas que obtienen con su exportación.
Los Emiratos Árabes tienen un PIB per cápita aproximado de 49 mil dólares, cifra muy superior a la de México, que asciende a 15 mil dólares. En Arabia Saudita, el PIB per cápita supera los 34 mil dólares, mientras que en Qatar se acerca a los 100 mil dólares.
Este amplio poder adquisitivo significa que esta región es un mercado con gran potencial para los productos mexicanos y que debemos aumentar nuestra presencia ahí. Los Emiratos Árabes tienen importaciones por 220 mil millones de dólares; sin embargo sólo 434 millones son exportaciones mexicanas. Arabia Saudita importa un total de 144 mil millones de dólares, de los cuales únicamente 156 millones provienen de México.
Adicionalmente, estos niveles de ingreso hablan de economías en crecimiento y con una demanda cada vez más importante para sectores como el de la construcción, particularmente en materia inmobiliaria y de infraestructura. Actualmente, Kuwait lleva a cabo inversiones muy relevantes en desarrollos turísticos y en proyectos de agua. En Qatar, la demanda de vivienda y servicios ha representado para muchas empresas españolas de construcción una oportunidad de negocio significativa. Las empresas constructoras de México podrían invertir, producir o licitar proyectos en esta región y expandir sus negocios.
Kuwait, con una población de 3.5 millones de habitantes, produce 3.8 millones de barriles diarios de petróleo, mientras que la producción petrolera mexicana asciende a 2.5 millones de barriles diarios. Arabia Saudita produce casi 11 millones de barriles diarios. Buscando explotar adecuadamente nuestros recursos, estos países podrían convertirse en socios para la transferencia tecnológica e incluso traer inversiones a nuestro país y renovar con ello a nuestro sector energético.
Adicionalmente, estos países cuentan con los llamados Fondos Soberanos, que son fondos estatales formados a partir de los ingresos excedentes de la venta de petróleo y gas. Estos recursos son utilizados para hacer inversiones en otras partes del mundo y en Arabia Saudita. Por ejemplo, este fondo supera los 800 mil millones de dólares.
México podría ser un receptor de dicha inversión extranjera, si generamos las condiciones apropiadas para atraerla.
Es fundamental que México busque nuevos mercados. Más de la mitad del crecimiento económico que hemos tenido en la última década se explica por nuestro comercio internacional. Hoy en día 1 de cada 5 empleos está vinculado con las exportaciones; además, la mano de obra en el sector exportador tiende a estar mejor capacitada, las empresas que exportan son más estables, invierten más en investigación y pagan salarios 30% más elevados en promedio que el resto de las empresas. Sin duda, los países de esta región representan una oportunidad valiosa para expandir nuestro sector exportador
@edelamadrid