Lo confieso, soy fan de Olallo Rubio. Desde mi etapa biográfica caracterizada por los barros y la calentura -bueno eso me sigue pasando aún- he escuchado la voz de este personaje. De aquella época me acuerdo que lo escuchaba, casi todas las tardes, en Radioactivo 98.5. Me gustaba esa posición irreverente con la que dirigía su programa, muy ad hoc con mi psicología adolescente. En una ocasión una chica de una estación que estaba al lado le azotó la puerta de la cabina al no tener respuesta sobre su exigencia: quería que Olallo le bajara el volumen a una canción rockera –era una de Marilyn Manson, lo más probable beautiful people-. La respuesta fue más volumen. Pero no siempre fue así. Otras veces invitaba colegialas fresas a su programa. Como parte de su amor/odio a la banda fresa el muy cerdo las describía físicamente… ¡qué momentos como radioescucha!
Después de que muriera el proyecto de Radioactivo por los intereses de elección racional de la lógica capitalista, encontré a Olallo en su podcast hasta el 2007. Continuó con su estilo muy particular, pero ahora había algo más, un plus positivo: era crítico sobre ciertos fenómenos sociales. Mi etapa intelectual empataba con todo el discurso cagado/crítico de Olallo. Por ejemplo, en su primer podcast de la primera temporada define y defiende la libertad de expresión habida cuenta de su experiencia previa en Radioactivo, la censura del Estado y de los empresarios. Además, continuó desarrollando personajes que hacían burla de algunos estereotipos, entre ellos están “el argent”, “el profesor” los frezas idiotas (“pato” y “Ale”) y “el betornillo”.
Lloré de la risa cuando aparecen los frezapatistas, cuando Olallo tiene novia, cuando “betornillo” es violado por un alienígena, cuando detallan las características de los hombres inmaduros, cuando el agente del FBI habla en español y cuando trata de explicar qué son los hipsters, sólo por mencionar algunos episodios. También están los podcast sobre los temas “serios”, tales como: la manipulación de los medios de comunicación, la geopolítica norteamericana y los medios, la religión, las campañas electorales y los medios, el EZLN y el capitalismo de consumo y los medios, entre otros. Los medios de comunicación son un tema recurrente en Olallo y con justa razón. Tan sólo podríamos revisar el “nuevo” libro de Castells, Comunicación y Poder para entender la importancia de esto.
Al escuchar todos los programas me he dado cuenta de los autores que menciona Olallo. Uno sabe mucho de una persona por lo que lee o no lee. Los que mi pobre memoria trae en este momento al presente son: Chomsky, Galeano, Lipovetsky, Bellinghausen, Sartori, Bauman, Agustín, Krauze y Zizek ¡así es! ¡Zizek! Me emocioné cuando en los primeros minutos del capítulo 9 de la última temporada mencionó la interpasividad, un concepto desarrollado por el filósofo esloveno. Por eso Olallo Rubio ha ganado mi respecto. Podríamos ser quisquillosos y decir que le falta profundidad, lecturas, crítica, más seriedad o más bromas. Pero crear un podcast con la dinámica del chiste inteligente con crítica social y política en México no es nada común y nada sencillo. De todos los productos de los medios masivos convencionales y comerciales de comunicación que he escuchado y visto en México, el podcast de Olallo es un producto original que vale la pena consumir.
Me llamó la atención que en el noveno capítulo de la última temporada propone no buscar un cambio por la vía electoral, sino por la transformación de la estructura política y mediática -habida cuenta de las 10 estrategias de manipulación que propone Chomsky-. Señala que el cambio se debe de dar con la participación en movimientos de resistencia en las redes sociales, ser críticos con los medios masivos de comunicación e incluso no votar. Asimismo, en el décimo capítulo defiende la libertad de expresión ante la ley SOPA y PIPA muy a su estilo: por medio de un diálogo con Anonymous –un personaje asiduo al podcast desde los inicios de la quinta temporada-. Temas interesantes por la coyuntura nacional y mundial.
Hace unos días Olallo posteó en su Facebook: “Para los interesados en el podcast: No habrá emisión hasta nuevo aviso. Muchas gracias por sus descargas.” Espero que no sea nada serio por el bien de todos los medios alternativos de comunicación.