Los parásitos son organismos que pueden ser microbios, lombrices, insectos, garrapatas, etc. y que habitan en otros seres, obteniendo los primeros, su alimento y medio de subsistencia de los segundos. Las parasitosis son las enfermedades causadas por la infestación de estos organismos.

En muchos de los casos, las parasitosis pueden ser graves o mortales, como en el caso de la malaria en el humano u ocasionar grandes pérdidas en el ganado.

El día de ayer se dieron a conocer los nombres de los ganadores del Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2015.

El premio es compartido por tres científicos que lo ganaron por sus descubrimientos precisamente, en el tratamiento de las parasitosis:

- La Dra. Tu Youyou de China, por sus investigaciones sobre los extractos de plantas que dieron origen al medicamento artemisinina, recomendado por la OMS para el tratamiento de la malaria.

- El Dr. Satoshi Òmura de Japón y el Dr. William C. Campbell, de los Estados Unidos, por el descubrimiento de la ivermectina, un medicamento que ha ayudado a prevenir las parasitosis en el ganado y que ahora se usa también para el tratamiento de parásitos como los que ocasionan la sarna o la oncocercosis en los humanos.

El saber que los resultados del trabajo de estos científicos partió de microbios, pero sobre todo el origen ?tradicional? y herbolario de las investigaciones de la Dra. Youyou, ha hecho que algunos medios echen las campanas al vuelo, aclamando que el Premio Nobel es para la ?medicina tradicional?.

No es así. La realidad es que aunque un gran porcentaje de sustancias farmacéuticas son derivadas de fuentes naturales, se requieren sistemas avanzados de síntesis y largos y complicados procesos de investigación clínica, para poder usarlas finalmente como medicamentos.

Aunque la Dra. Youyou realizó sus estudios en la Academia de Medicina Tradicional China, en el caso de la malaria, su línea de trabajo incluyó investigar más de 2000 recetas tradicionales, de las cuales se obtuvieron 380 extractos y solo uno de ellos fue sintetizado en el laboratorio. Los trabajos de purificación y ensayos clínicos correspondientes, realizados por la Universidad de Pekín y un laboratorio farmacéutico, lograron que el medicamento fuera accesible al mundo y millones de vidas hayan sido salvadas.

El Dr. Satoshi Òmura, es un microbiólogo que descubrió 50 cepas de la actinobacteria Streptomyces, un microbio que habita en la tierra. Òmura concluyó que estas cepas producían compuestos antimicrobianos que debían ser considerados para investigaciones farmacológicas. El Dr. William C. Campbell, adquirió las cepas de del Dr. Òmura y trabajando en el laboratorio Merck, desarrolló la ivermectina.

El hablar en estos casos de ?medicina naturista?, es un malentendido que muestra lo necesario que es tener un conocimiento básico de la ciencia cuando se escribe sobre el tema.

El ejemplo claro es precisamente el de la Dra. Youyou, quien tuvo que analizar más de 300 pócimas para lograr aislar de forma segura y efectiva un medicamento contra la malaria. La aplicación de los procedimientos adecuados de investigación farmacológica, dio como resultado el conocer la dosis exacta, el nivel de purificación del compuesto y la forma farmacéutica óptima que garantice el efecto deseado en el paciente.

Tanto la artemisinina como la ivermectina son medicamentos que tuvieron sus orígenes en una bacteria y en un vegetal. Muchos otros medicamentos en la historia, como la penicilina y la aspirina han sido sintetizados con el mismo origen.

El Premio Nobel de Medicina 2015 es para la ciencia y la investigación farmacológica; no para la ?medicina naturista?.