El rector de la UNAM, José Narro Robles, lanzó un nuevo llamado para que las autoridades atiendan el grave problema del rezago educativo que existe en México.
Lo que dice el Dr. Narro es cierto. Sin educación de calidad el país está condenado a un atraso que cada vez será más difícil de superar. Pero antes del grave problema del rezago educativo está la incógnita de cuál será el diseño de Enrique Peña Nieto para enderezar esta nación que hace agua por varios lados, muy peligrosos por cierto.
La violencia es el punto de partida.
Las consecuencias de la guerra que se desató contra el crimen organizado ya son terribles. El número de muertos de la semana pasada es abultado, de diverso origen y con la constante de una crueldad creciente.
La Expo Fraude, Monreal y sus mitotes, el trailer de pruebas del fraude que llevará AMLO al TRIFE, son manifestaciones de protesta Light en comparación con la soterrada desesperación de gente sin trabajo; de estudiantes rechazados, de empresarios ricos y empresas pobres, de corrupción galopante e insultante que conforman el panorama mexicano que espera a Enrique Peña Nieto el día que llegue a la Presidencia de México.
La gabinetología se desborda. Peña Nieto permanece en silencio. Sabe que necesita perfiles adecuados para los cargos relacionados con la conducción política, la gobernabilidad y la seguridad pública del país.
Peña Nieto no puede gobernar a base de respuestas a compromisos meramente políticos, generacionales o de cuotas partidistas.
La violencia sencillamente no la podrán detener políticos que no sepan manejar la Secretaría de Seguridad Pública, la PGR, la SEDENA o la Secretaría de Marina con la experiencia y la eficacia que demandan las actuales condiciones del país.
Los programas Veracruz Seguro, Acapulco Seguro, etc, han fracasado sensiblemente. Los ejecutados y la crueldad de los ejecutores representan la imagen de una descomposición social que contamina todos los aspectos de nuestra vida.
Volvemos. Monreal y AMLO; son inconformes que no representan el desbordamiento de la violencia. Ellos no afectarán inversiones como lo hace el temor en que viven los amenazados por las diferentes bandas de secuestradores o extorsionadores.
El Rector Narro, como pocos de sus antecesores, ha tenido muchas veces que anteponer el discurso social al académico. No se puede realizar una propuesta de mejoramiento integral de la educación nacional sin antes situarse en un contexto de inconformidad popular por la pobreza y la desigualdad.
Narro Robles advierte las consecuencia presentas y futuras del rezago educativo. El mutismo de Enrique Peña Nieto con respecto a la conformación de su gabinete no obedece al tradicional protocolo del secreto del poder que prevalecía hasta hace unos sexenios.
El ánimo reflexivo de quien será el próximo presidente de la república no es porque le falten cuadros políticos para integrar un gabinete. Se siente que obedece a una preocupación real por el tipo de país que recibirá y que no muestra todavía con claridad su cara de inconformidad y rechazo a las tentaciones del autoritarismo y la corrupción.