Lo mejor:
Los paneles menos concurridos: ante la locura en que se transformaron los actos más esperados por los fans -principalmente anucios de cine y series de TV- encontramos joyas como una presentación de animadores mexicanos, los paneles de comics de DC y Marvel y la divertidísima charla del escritor de "Guerra Mundial Z", Max Brooks.


El Cosplay: cada año es mejor, más divertido y más diverso. Desde los niños que se disfrazan de su superhéroe favorito hasta los adultos que se dedican profesionalmente a esto, 2014 fue el mejor año del que tengamos memoria.


El entusiasmo del público: es imposible evitar contagiarse de la energía de más de 130 mil fans que contra viento y marea esperan ver aunque sea por una fracción de segundo a sus actores y profesionales favoritos.


San Diego: el centro de la ciudad californiana ya ha sido rebasado por completo, pero esto se ha convertido en una parte de la experiencia. Se habla de mover la Comic con a Los Ángeles o a Las Vegas, pero no sería lo mismo.


Las actividades afuera del Centro de Convenciones: desde un "Lounge" de Videojuegos de Nintendo, hasta una experiencia de The Walking Dead y versiones de "la vida real" de Game of Thrones, Assasin's Creed y "Vikingos", las actividades en la perifieria de la convención han ayudado a despejar un poco el piso principal.


Lo peor:
Las multitudes: si creen que un lugar como el Zócalo capitalino está concurrido, no han visitado el centro de San Diego en plena Comic Con. Es una verdadera locura y rebasa la infraestructura actualmente existente.


Los precios: 10 dólares por un sandwich malo dentro del Centro de Convenciones. 50 dólares por un viaje en Taxi. 70 dólares por un día de estacionamiento. Y todavía se quejan de que el visitante promedio gasta poco en la "conve".


Lo "caciqueado" de las promociones para los fans: cuando todavía a mediados de los noventa las empresas se desvivían por complacer al público friki, ahora la regla son "posters" del tamaño de una hoja doblada, rifas dudosas, largas filas para recibir basura y mucho, mucho tiempo de espera. Como le escuche decir a un fan mexicano: "esta es ahora una Caci-cón". Es la parte negativa de que las empresas crean que ya no tienen que hacer nada para ganarse a sus consumidores. Se van a arrepentir.


La disminuida relevancia de los comics: para una convención que lleva el nombre "Comic" desde hace 4 décadas, es notoria la presencia cada vez menor del "noveno arte". Cuando se privilegian el cine, la televisión y los mercachifles, se pierde algo muy importante.


Las largas filas: filas, filas para todo. 48 horas de dormir en el suelo para ver unos segundos de avance de una película, o a los actores de las series más populares. Y un nuevo sistema de pulseras que, de plano, no funcionó. Habrá de hacerse algo.