La falta de políticas públicas adecuadas para atender los problemas de la población hace que los más pobres sean quienes paguen los platos rotos, con inundaciones, pandemia, inseguridad y falta de capacidad para brindarles educación, asunto en el que por cierto, empieza a generarse una brecha enorme entre quienes estudian en escuelas públicas y quienes tienen acceso a las privadas.

La gravedad de la situación ya causa preocupación en el ambiente político, más de cien mil muertes por la pandemia hablan por sí mismas y ponen en evidencia la estrategia fallida que se ha implementado.

Hay otro tema que, además, es un asunto recurrente en la narrativa del compañero presidente, el combate a la corrupción.

Cada día aparecen más denuncias de actos de corrupción que involucran incluso al círculo más cercano de AMLO, a su staff en la presidencia, a sus consentidos del gabinete y a gobernadores, diputados, senadores y dirigentes políticos de Morena.

Cualquiera puede tener acceso a la plataforma de Compranet, en la que hay registro de un total de 76 mil 613 contratos que la 4T ha concedido, de los cuales un 77.6 por ciento se han entregado de manera directa, es decir sin licitación.

Lo más preocupante es que cada vez que en la mañanera alguien habla sobre los actos de corrupción de su gente, el camarada presidente contesta siempre lo mismo, ayer cuando denunciaron al senador con licencia Félix Salgado Macedonio de acoso sexual y actos de corrupción, respondió que eso es común cuando vienen elecciones y se sale por la tangente para señalar que la autoridad y las personas son los que lo tienen que resolver.

Así ha pasado con todas las denuncias, las califica como ataques de sus adversarios por la efervescencia electoral, pero la corrupción en su equipo es cada día más evidente y no, no se trata de ataques por el proceso electoral.

Su círculo cercano

Alejandro Esquer, César Yáñez, Jesús Ramírez, Julio Scherer y Alfonso Romo han sido cuestionados y han tenido que aclarar distintos aspectos que incluyen su pasado priista y cercano al salinismo.

Sus consentidos e impunes 

Manuel Bartlett Díaz: Director de CFE, en esta administración se le descubrieron 23 casas que rebasan en conjunto los 800 millones de pesos. Su hijo sacó provecho de la pandemia y obtuvo diversos contratos para luego ser exonerado por la secretaria de la Función Pública.

Irma Eréndira Sandoval: Secretaria de la Función Pública, también se le descubrió que adquirió seis casas que compró al contado aunque el salario de ella y de su esposo, UN publirrelacionista de AMLO, John Akerman, no les alcanzaría para adquirirlas. También su hermano, Almircar Sandoval, superdelegado en Guerrero (de nepotismo luego hablamos), utilizó los programas sociales para promocionar su candidatura a la gubernatura.

Rocío Nahle: Secretaria de Energía, quien le adjudicó al Grupo Huerta Madre, un contrato por 5 mil millones de pesos, por trabajos de limpia y preparación del terreno para la construcción de la Refinería de Dos Bocas. La adjudicación se hizo cuando la empresa apenas tenía siete días de creada y se conoce que Nahle tiene una relación de compadrazgo con estos empresarios. Además, apoyó para que la jubilación de su esposo en Pemex sea mayor que el salario que percibe el presidente.

Javier Jiménez Espriu: Exsecretario de la SCT, su empresa familiar, IDESA, resultó ser socia de Braskem, la filial de Odebrecht en el tema de la planta de Etileno XXI de Coatzacoalcos.

Zoé Robledo: Director del IMSS, desde el 22 de mayo del 2019, habría adjudicado contratos a algunas de las 23 empresas que forman parte del consorcio propiedad de su familia, para luego declarar conflicto de interés solo en tres de ellas.

Otros integrantes de la 4T cuyos nombres se han mencionado en temas de corrupción son la encargada de la CONADE, Ana Gabriela Guevara, Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo, Ricardo Monreal, Yeidckol Polevnsky, Carlos Lomelí, Pío López Obrador, y denuncias por malos manejos en Sembrando Vida y así, un largo etcétera de personas y programas involucrados en actos de corrupción.

Lo que el salinismo nos dejó

Al final, de todos los mencionados ninguno es de pensamiento de izquierda, ninguno es liberal, en su gran mayoría son personajes reciclados que se hicieron con Carlos Salinas, entre ellos el “salinismo funcional” de Martha Bárcena y Marcelo Ebrard; Josefa Ortíz Mena, exsecretaria de Medio Ambiente, sobrina de Salinas e hija nada menos que de Patrocinio González Garrido, ex gobernador de Chiapas y secretario de Gobernación en el sexenio de Carlos Salinas. Manuel Bartlett, Alfonso Romo, Ricardo Monreal, Zoé Robledo, Yeidckol Plevnsky, Mario Delgado, Nacho Valle, que recicló Conasupo y está acusado de desviar millones, y otros como Esquer, que son hechura de AMLO.

¿Dónde está el cambio si son los mismos, haciendo lo mismo? ¿Dónde quedó la izquierda y el proyecto liberal?