Al ser cuestionado sobre las críticas panistas contra su gobierno en ocasión del segundo aniversario de su presidencia, López Obrador consideró que las alianzas que pretende conformar el PAN, junto con el PRD y el PRI, no los va a llevar a nada, porque la política no es ciencia exacta, no es que dos más dos son cuatro. ”Creo que esa alianza en contra les va a afectar, no debería estarlo diciendo, pero un consejo no se le niega a nadie. ¡Imagínense los que pensaban que el PRI era una cosa y el PAN otra y el PRD otra, y ahora todos juntos!”

En lugar de hablar del plan de infraestructura reiteró sus críticas contra la alianza del PRI y el PAN en Baja California: “Van juntos contra nuestro proyecto. ¿Imagínense? La dicha enorme que me produce el tener la razón histórica”, porque, dijo, fue quien desde hace años aseguró que el PRI y el PAN era lo mismo.

La paja en el ojo ajeno…

Si como ha repetido hasta el cansancio el compañero y camarada presidente, “son lo mismo”, entonces la alianza del PRI, PAN y PRD, no es tan mala, al final de cuentas estos tres partidos siempre corrieron, en la geometría política, hacia el centro, ahí convergen y existen más coincidencias que diferencias, entonces es ahí donde tienen razón y son similares entre ellos.

Lo que AMLO no ve, es que la alianza conformada por su partido Morena, PT, PVEM y Encuentro Social si es realmente contra natura, porque uno no tiene nada que ver con el otro.

Empezando por Morena, un partido integrado con la disidencia más perversa de los partidos PRI, PAN y PRD que desde su inicio nunca fue un movimiento propio y novedoso.

Ahí encontraron un “segundo aire” personajes desechados en sus partidos, desde priistas como Napoleón Gómez Urrutia, Armando Guadiana Tijerina, Esteban Moctezuma y Alfonso Durazo entre otros; también saltaron a Morena al menos dos destacados expresidentes del PAN, Manuel Espino y Germán Martínez; del PRD, Félix Salgado Macedonio, Martí Batres, Dolores Padierna y su esposo el de las ligas, René Bejarano. Además de los dos partidos creados por Salinas que aún controla, el PT, que alinea a Manuel Bartlett y el PVEM a los juniors corruptos del PRI, como Manuel Velasco.

En cuanto a su ideología, también hay una diferencia enorme entre los partidos de la alianza que construye Morena. El PT, por ejemplo, nació en la administración de Salinas recuperando el Movimiento de Masas de ideología maoísta radical. Fue fundado por uno de los grandes amigos de Raúl y Carlos Salinas de Gortari, Alberto Anaya. Hay que recordar que Anaya, junto con Emilio Lozoya, los Salinas y Manuel Camacho, trabajaron en Chiapas el movimiento de masas y sembraron la semilla de la CNTE.

De lado opuesto del espectro ideológico, está otro de los aliados, el PES conformado de varias agrupaciones cristiano-evangélicas, de corte ultraconservador.

También están los partidos de la expriista y salinista Elba Esther Gordillo, entre sus filas han desfilado lo mismo Emilio Zebadúa, que panistas y expriistas como Miguel Ángel Yunes. El otro partido es el de Pedro Haces, sindicalista y ahijado de La Güera Rodríguez Alcaine, confrontado a otro sindicalista hoy de Morena, Napoleón Gómez Urrutia.

Ante la alianza conformada por su partido, integrada en buena parte por lo que podría considerarse la escoria del PRI, PAN y PRD con tantos intereses grupales y confrontados entre ellos mismos, el camarada presidente tiene razón en preocuparse por una alianza opositora que podría llegar a arrebatarle la hegemonía tipo priista de los años 70 a la que aspira.

¿Para cuando gobernará

Más preocupado por la posibilidad de que en la elección del próximo año se logre conformar una alianza en su contra, el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador se desentiende cada vez más de la agenda pública a la cual tiene la obligación de responder como mandatario de esta nación.

En su reciente gira por Mexicali, donde por cierto no le fue nada bien, recibió el rechazo y el reclamo de mucha gente que demanda seguridad, vacunas y oportunidades de empleo, pero no se detuvo a dar respuesta a esos temas, lo que más destacó en su discurso fue su preocupación de que haya una alianza en su contra descalificándola —con su clásico humor— al decir que tiene un “timbre de orgullo”, ya que él ya había bautizado esta alianza como “prian” y que ahora se ve con toda claridad.

Caballos de Troya

¿Será por eso que líderes como Dante Delgado, Damián Zepeda y Ricardo Anaya están rompiendo las alianzas como el caso de Nuevo León? ¿Será esto a cambio de impunidad?

Hoy, no pedir el voto útil, la renuncia o cualquier cosa que implique no ir en un bloque opositor en las elecciones del 2021 es darle un voto a la 4T. Los ciudadanos opositores deben exigir la alianza, candidatos ciudadanos, agendas locales y evitar caer en distractor es y así, lograr ganar las gubernaturas y las curules en juego, no hay más.