Las elecciones de los Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. Faltan prácticamente cuatro meses para que los estadounidenses decidan si quieren 4 años más del presidente Trump o cambiarán el rumbo al partido demócrata. En una situación no vista, las votaciones pintan para no darse como se hace tradicionalmente por cuestiones de distancia social, acumulación de personas y logística.

Las campañas de electorales han tenido que cambiar por la cuarentena y la misma actitud de los votantes que no buscarían un contagio por presentarse en uno de los actos de campaña de su candidato favorito. La estrategia electoral de ambos candidatos ha tenido que cambiar por lo que se han visto menos discursos de los candidatos y las audiencias son pequeñas por no decir insignificantes.

El que le guste ir a ver los deportes en vivo entenderá que no es lo mismo ver el partido en casa que verlo en vivo. En los estadios se vive una especie de unión colectiva, además que se puede expresar el apoyo o desaprobación de tal o cual jugador. Lo mismo pasa en las campañas políticas, no es lo mismo ver las ideas de un candidato desde casa que ir a una presentación del candidato. El mismo candidato, como cualquier deportista, se comporta diferente ante una multitud que ante una cámara. Los gritos, ovaciones y aplausos pueden llenar de energía al candidato, más cuando la estrategia de campaña es ser populista.

El presidente Donald Trump sugiere con un tuit que se retrase hasta que la situación que esta viviendo Estados Unidos y el mundo se normalice. “Con el voto universal por correo (no el voto por ausencia, que es bueno), 2020 será la elección mas inexacta y fraudulenta de la historia. Será una gran vergüenza para los EE. UU. ¿Retrasar la elección hasta que la gente pueda votar, propia y seguramente?”.

En una entrevista con la cadena americana CNN en español, la asesora de la campaña de reelección de Donald Trump, Mercedes Schiapp, piensa que es una buena idea retrasar la elección presidencial pues hay mucho fraude en el voto por correo en los Estados Unidos. Schiapp dice que es una situación que favorece al partido demócrata. Lo que es real es que cada estado tiene un sistema de validación diferente cuando se habla de votaciones por correo. La falta de uniformidad en el voto puede ser la excusa perfecta para buscar un retraso en las elecciones.

Ya cinco estados del país, Colorado, Utah, Oregón, Washington y Hawái, celebran sus elecciones totalmente por correo. Otros estados quieren copiar esta fórmula. Ya CBS en Nueva York hizo una prueba de la eficiencia del correo para la votación en la ciudad de Atlanta que no fue lo mejor. En el video subido en un tuit por Trump determinan que en la prueba se perdieron un 3% de los votos y otros tardaron más de una semana en llegar a la dirección que establecieron como prueba. El 3% del voto es considerable en lugares donde la elección es cerrada, sobre todo por el método de elecciones que utilizan en los Estados Unidos donde no gana el que tiene más votos sino el que logra ganar en más distritos.

Lo curioso es que Donald Trump va abajo 10 puntos o más en la gran mayoría de las encuestas, por lo que este retraso, si se pudiera dar, le daría tiempo de reorganizar su campaña.

La pregunta de muchos puede Donald Trump como presidente de los Estados Unidos cambiar la fecha de las elecciones. La respuesta es sencilla y contundente: no puede.

El artículo II de la Constitución de Estados Unidos le da facultades al Congreso para elegir el momento de las elecciones generales. Una ley federal de 1845 estableció la fecha como el primer martes después del primer lunes de noviembre.

Sería necesario un cambio en la ley federal para poder mover la fecha. Esto significa que el congreso tendría que promulgar una legislación firmada por el presidente que quedaría sujeta a una impugnación en los tribunales. La Constitución establece que el nuevo Congreso debe iniciar el 3 de enero y que el mandato del nuevo presidente debe comenzar el 20 de enero. Cambiar eso, si todos estuvieran de acuerdo, sería bastante complicado. Súmele que la Cámara de Representantes es controlada por el Partido Demócrata y el Senado es controlado por el Partido Republicano, ponerlos de acuerdo con la ventaja que tienen Biden, según las encuestas, sería prácticamente imposible.

Hay personas que no confían en el sistema de correos estadounidense por lo que podría haber mucha abstención, esto pudiera favorecer a Joe Biden en ciertos estados. Se tendría que probar y comprobar si el sistema de Correos puede con la consigna de que las elecciones se celebren con una gran mayoría de votos por correo.

Teniendo a un gigante de los envíos como Amazon, ¿no se podría aprovechar su expertise para el manejo de los votos?

Es curioso que los americanos se quejen del sistema de correos, acá en México con la pandemia bajó el número de personal y muchas de las pocas cartas y recibos llegan a tiempo a las casas. Como consejo, revise si ya le llegó el recibo de la electricidad, no vaya a ser que le den una sorpresa con un corte por no haberla pagado.