Mucho ruido causó la entrevista que ofreció el exlíder del PRI, Manlio Fabio Beltrones a René Delgado periodista de Reforma y más que imaginación y suspicacias interpretativas, lo que es real es que el PRI está inmerso en un proceso de transformación que data de muchos años atrás, desde que Luis Donaldo Colosio fue presidente del PRI y tuvo una visión de cambio fundamental para el partido que hasta ahora no se ha logrado por las grandes resistencias. 

“Siempre he admirado la imaginación de Arreola”

Más allá de los mensajes encriptados de la coyuntura actual que significó esa entrevista de Beltrones a unas semanas de la XXII Asamblea del PRI y que han comentado ampliamente Don Federico Arreola, quien escribió un interesante artículo Los aspirantes que aceptaría y vetaría Beltrones por el PRI; los que aceptaría y vetaría EPN, a lo que el político sonorense respondió a través de un Twitter: ¡Siempre he admirado la gran imaginación del talentoso Federico Arreola! Y la nueva respuesta de Arreola con otra interesante colaboración explicando qué se imaginó y qué es para él lo real, a través de una columna que sugerentemente tituló: Imaginó @MFBeltrones su futuro sin el PRI y contra @EPN y mejor dejó la rebeldía. 

Lilly Téllez y José Luis Camacho

Esta polémica, retomada también en las páginas de SDPNoticias por el maestro José Luis Camacho y la estupenda periodista, Lilly Téllez tratando de explicar y contextualizar el mensaje del ex líder priista, a quien sin duda reconocen como un extraordinario político (me sumo) y que lo definen por su lealtad al expresidente Carlos Salinas de Gortari, muestra clara evidencia de la división y debate que se está dando al interior del PRI de cara a la elección presidencial del 2018.

 La entrevista de René Delgado se da a la par de que Enrique Ochoa se había reunido con nueve expresidentes del partido, con el objetivo de sumar propuestas para la próxima Asamblea Nacional, donde por supuesto faltó uno, Manlio Fabio Beltrones.

Esto obligó a Enrique Ochoa a tomarse un café con Beltrones, reunión descrita por Raymundo Riva Palacio columnista de El Financiero, personero de Beltrones como un engaño, aclarando en la cita  “el café en el Balmoral el mismo día que los incondicionales de Nuño y Ochoa golpeaban al incondicional de Beltrones, tiene tipo de celada. La declaración sobre posibles candidatos a la presidencia que no fueran militantes se leyó como un traje que estaba siendo hecho a la medida del secretario de Hacienda, José Antonio Meade”.

Lo que vendrá en la próxima Asamblea nacional del tricolor no es cosa menor, definirá el perfil del candidato y del grupo que contenderá por la presidencia en un escenario totalmente distinto a cuando el PRI era propietario de la estructura del poder y no había competencia, ahora la contienda se dará en un marco de alta competencia y en busca de nuevas definiciones y de un nuevo régimen. 

La sombra de Colosio

La verdad es que este debate no es nuevo. Hace 28 años, el entonces presidente del PRI, un líder joven, carismático y con una gran visión, Luis Donaldo Colosio declaró al dar inicio los trabajos de la XIV Asamblea del PRI, el 25 de noviembre de 1989, los retos, criterios y líneas estratégicas de la reforma del partido, donde advertía que "en nuestra decisión de cambio hay y habrá rupturas con los mitos y las fórmulas que bloquean las transformaciones, con los liderazgos sin representatividad e iniciativa, con las prácticas antidemocráticas, con las decisiones cupulares, con las formas abyectas de ascenso político, la simulación ideológica y la componenda mercantil que tuerce la voluntad".

Lo cierto que esto que dijo Colosio hace casi tres décadas, pareciera que es un tema de hoy. A partir de esa Asamblea han pasado eventos traumáticos en la historia del PRI. Aquel emblemático discurso del 6 de marzo de 1994 de Luis Donaldo Colosio en que reconocía que había la necesidad de cambiar y competir en democracia, “hoy estamos ante una auténtica competencia. El gobierno no nos dará el triunfo: el triunfo vendrá de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de nuestra dedicación”. 

Este discurso lleno de verdades y propuestas, para algunos analistas fue considerado como el motivo que desencadenó los lamentables sucesos del 23 de marzo. 

Con la crisis que significó la pérdida del candidato del PRI, salió la importancia de Manlio Fabio Beltrones, quien ante los jalones que se daban, con el entonces presidente del PRI, Fernando Ortiz Arana y otros más, el gobernador de Sonora en los Pinos sugirió que el mejor candidato podría ser Ernesto Zedillo y fue cuando se dio el famoso “video destape”, con lo que se tranquilizaron las disputas y se retornaba a la estabilidad de las campañas electorales. 

La sana distancia

Con el presidente Zedillo, que retomó el ideario político de Luis Donaldo Colosio, acuño una frase que hasta hoy sigue siendo polémica entre los grupos del PRI, la “sana distancia”, que no fue otra cosa de que el gobierno asumía una responsabilidad con todo el país y el partido tenía, como lo había impulsado Colosio, que competir por los votos en un marco de competencia democrática. 

Esta frase fue fuertemente criticada por un grupo al interior del PRI, como quedó claro con el propio Manlio Fabio Beltrones, quien, el 8 de agosto del 2015 en plena competencia por la presidencia del partido, comentó ante la CNOP que acabó la sana distancia, asegurando que “esa sana distancia nos hizo perder la presidencia de la República. Entonces no fue tan sana”. 

El gran pacto de Zedillo

Después de los terribles sucesos de 1994, con los asesinatos políticos, la irrupción del EZLN, la devaluación sin precedentes, la pérdida total de las reservas económicas que al final derivaron en el famoso error de diciembre, el entonces presidente Zedillo convocó a un gran pacto a todos los partidos políticos, a las organizaciones ciudadanas y a los Poderes de la Unión a un gran pacto, el Pacto de los Pinos, firmado el 17 de enero de 1995, que dio lugar a la más importante reforma política-electoral, que se consolidó en 1996, dando total autonomía al Instituto Federal Electoral y dando el control de este instituto a los ciudadanos y no a los partidos políticos. 

La respuesta en el PRI a esta reforma y quitarle al presidente Zedillo posibilidades de injerencia en el partido y evitar perder el control de ello, se dio en la XVII Asamblea, donde dos puntos fundamentales en el debate de aquella renombrada Asamblea fueron la expulsión de Carlos Salinas del PRI que sus leales evitaron a toda costa que se diera y los famosos candados con los incondicionales del antecesor de Zedillo quedaron con el control del partido. 

La siguiente Asamblea estuvo marcada en la lucha por la imposición del candidato presidencial bajo esquema de los candados. Finalmente se dio una competencia histórica en el PRI entre un candidato “híbrido” entre el salinismo y el zedillismo como Francisco Labastida Ochoa, quien al final representa uno de los cuadros más importantes de Manlio Fabio Beltrones y uno de hueso colorado del salinismo como Roberto Madrazo quien perdió esa contienda de manera estrepitosa.  

A partir de ahí, el PRI perdió la presidencia de la República y el partido fue secuestrado por el grupo salinista, Roberto Madrazo, Manlio Fabio Beltrones, Fidel Herrera, César Augusto Santiago entre otros, quienes tuvieron un papel preponderante durante la docena panista, por el control que tuvieron en el Congreso y la fuerza política frente a dos administraciones muy débiles, que les permitió, por un lado, ir restando fuerza a la reforma electoral de 1996, donde lo más importante se puede decir, que ha sido con sus diferentes matices, el quitarle control a la representación ciudadana y regresar el control a los partidos políticos quienes se han convertido en juez y parte.

El pleito que se ha dado desde la XIV Asamblea se mantiene vigente y por ello no pienso que la entrevista del exdirigente del PRI a René Delgado sea meramente un producto de la imaginación, sino un posicionamiento frontal al presidente Enrique Peña y al dirigente del PRI.

¿Qué se juega en la XXII Asamblea del PRI?

Nuevamente, lo que está en juego en la XXII Asamblea del próximo 12 de agosto, son dos visiones, el cambio impulsado por Peña Nieto a través de las reformas estructurales, o restablecer la vieja estructura priista que condiciones los cambios por la permanencia en el poder. 

El conflicto, igual que se dio en la administración de Zedillo, es ver si se imponen candados a los cuadros que han logrado estructurar e implementar el cambio, como el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, el de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong o bien el canciller Luis Videgaray, frente a los precandidatos del otro grupo que bien analizó don Federico Arreola en su columna y a la que el propio Manlio Fabio Beltrones calificó de ilusión.    

Esperemos, por el bien del país, que el conflicto al interior del PRI logre solucionarse con principios democráticos que permitan el avance que la nación requiere.